Los datos de la caja negra del airbus AF 447 de Air France, que se cayó al Atlántico el 1 de junio del 2009 cuando cubría la ruta Río-París, apuntan a que el accidente, en el que murieron 228 personas, se pudo deber a problemas técnicos, según publica este lunes la revista alemana Der Spiegel, que ha tenido acceso a los primeros resultados. Sin embargo la publicación apunta que a estos errores mecánicos se sumaría el fallo humano, teoría predominante hasta el momento y que se ve reforzada tras conocerse que el capitán del avión, Marc Dubois, no estaba en la cabina cuando los copilotos empezaron a tener dificultades.Der Spiegel asegura en su artículo que las primeras informaciones que se han filtrado apuntan a "una tragedia tanto humana como técnica". Así, explica que en el momento en que se empezó a detectar una situación difícil, el capitán, que no estaba en ese momento en la cabina, regresó precipitadamente y en la caja negra se escucha, según una fuente citada por la revista germana, como empieza a dar instrucciones a los copilotos tratando de evitar el siniestro.Aunque, según indica Der Spiegel, la ausencia del capitán en la cabina podría fortalecer la hipótesis del fallo humano --según la cual la tripulación habría dirigido el avión directamente a una zona de turbulencias-- hay otros indicios que apuntan a problemas técnicos.Entrada en una 'trampa de hielo'El recorrido del avión, recogido en la caja negra, muestra que la tripulación buscó evitar la zona de turbulencias y en un comienzo pareció tener éxito. Sin embargo, la nave terminó volando en lo que se conoce como trampa de hielo, una zona con cristales que el radar difícilmente puede detectar, y allí fallaron, primero, los velocímetros y luego el sistema eléctrico.Aunque el fallo del sistema eléctrico pudo obedecer eventualmente a una reacción equivocada de los pilotos, esto, según Der Spiegel, no descargaría de culpa a Air France y Airbus.Hasta el momento del accidente, los pilotos de Air France, según la revista, no estaban lo suficientemente informados de fallos frecuentes de los velocímetros, ni habían sido adecuadamente instruidos acerca de cómo reaccionar ante ellos. Además, es posible que la reacción del avión, que trató de elevar su altura de vuelo tras el fallo de los velocímetros, hubiera sido ocasionada por los datos de uno de los ordenadores de a bordo que interviene cuando la máquina está en una situación amenazante.