En estos tiempos de crisis, muchos son los que pierden su empleo porque los números de la empresa en la que trabajan no cuadran. Algunos tienen suerte y se van de la empresa a lo grande y con una jugosa indemnización en el bolsillo y hay otros, como Steven Slater, que directamente abandonan su puesto de trabajo por la puerta de emergencia.

Cuentan sus conocidos que este auxiliar de vuelo de la aerolínea Jet Blue Airlines llevaba algún tiempo sopesando tirar la toalla. Muchos son los que todavía piensan que el ser auxiliar de vuelo es un trabajo glamuroso que te permite conocer mil sitios distintos y viajar, pero solo hay que hablar un rato con una azafata para adentrarse en los horrores de la profesión: pasajeros maleducados, niños gritando, largas jornadas de trabajo...

Para Slater, la gota que colmó el vaso fue el lunes en un vuelo de Pittsburg a Nueva York. Acababan de aterrizar en el aeropuerto JFK cuando un pasajero se levantó antes de tiempo para recoger su equipaje de mano. Cuando Slater se acercó para recordarle que debía permanecer con el cinturón abrochado, una de las maletas golpeó su cabeza.

Pidió al pasajero que se disculpara y este no solo se negó, sino que le insultó y se enzarzaron en una "acalorada" discusión. Lo más sorprendente vino después, cuando sin pensárselo dos veces el auxiliar se bebió una lata de cerveza, abrió la puerta del avión, accionó la rampa de emergencia y abandonó el aparato rumbo a la terminal.

Una vez allí cogió el coche y se marchó a casa, donde fue detenido por la policía. Seguro que descargó adrenalina, pero el calentón le va a costar más de un disgusto, ya que se han presentado cargos penales. Para muchos es un héroe, y ayer eran legión los que apoyaban en Facebook su espectacular salida del avión. Para otros, un histérico que no pudo controlar los nervios.