Nos hemos enterado esta mañana porque nos han llamado desde España para preguntar cómo estábamos". Esta era ayer la frase más repetida entre los turistas españoles que visitan Estambul. Las distancias de la globalización son tan maleables que ya es más fácil saber qué pasa en otro continente que lo que sucede a pocos kilómetros de tu hotel. Así ha sido con el atentado del domingo.

"Nos hemos enterado porque nos han enviado un SMS. La verdad es que no lo hemos vivido para nada", explicaban Inmaculada y Manuel, un matrimonio que pasa sus vacaciones en la ciudad del Bósforo con sus dos niñas. "¿Dónde ha sido el atentado?", preguntaba Alberto, un valenciano que lleva unos días "pasándolo bien" en Estambul con sus amigos, tras visitar la Capadocia.

COMO SIEMPRE Güngören, un barrio residencial y comercial de clase obrera, está en el sur de la parte europea de Estambul, al menos a 10 kilómetros de las zonas turísticas. Sultanahmet, donde se concentran los principales monumentos de la ciudad, amaneció ayer como siempre: Santa Sofía en obras, los comerciantes vendiendo las "mejores falsificaciones del mercado" y amuletos contra el mal de ojo, dos guardias fumando y mirando a las chicas nórdicas y la gente paseando y guareciéndose del sol. Los japoneses hacían fotos, los americanos compraban bonetes bordados al estilo oriental que hace siglos que nadie usa en Turquía y la voz de los españoles e italianos resonaba por encima del resto, solo superada por la llamada a la oración en las mezquitas. Casi como si nada hubiese sucedido.

José María, un turista valenciano, voló ayer desde Adana (sur de Turquía): "La guía nos ha comentado que se trata de una zona fuera de los circuitos turísticos, por lo que nadie se ha preocupado". Una calma en la que coincidía la burgalesa Carmen, llegada de Uzbekistán: "Nos ha llamado la atención que todo está muy tranquilo y no hay más policía de lo normal".

"Los lugares turísticos son aún más seguros que el resto, porque hay el doble de policía y hay muchos de paisano", decía Ridvan, uno de los muchos guías que hablan español en Estambul. Y un policía añadió: "Ha sido un atentado traidor, como sucedió en España con los trenes 11-M. Pero la calma es total y los turistas no están preocupados. Lo único a lo que tienen que poner atención es a sus bolsos, como en todos los lugares turísticos del mundo".

Cada vez son más los españoles que visitan Turquía. Casi 100.000 lo hicieron en los primeros cinco meses del año, un 25% más que en el 2007, que se cerró con 290.000. Para este año, el objetivo de los responsables de Turismo turcos es alcanzar los 350.000 españoles.