El primer ministro británico, el conservador David Cameron, ha advertido en su discurso de Año Nuevo de que el 2011 será "un año difícil", pero ha asegurado que el esfuerzo valdrá la pena porque el Reino Unido tiene por delante "un futuro muy prometedor".

"El 2011 va a ser un año difícil, ya que vamos a tomar medidas duras pero necesarias para resolver las cosas. Las iniciativas que estamos tomando son esenciales, porque ponen a nuestra economía y a nuestro país en el camino adecuado", ha reiterado.

Cameron ha señalado que la mayor parte del "levantamiento de peso pesado" requerido para atajar el déficit estatal se hará en los próximos 12 meses y se ha manifestado convencido de que, una vez superados la crisis, el cambio en Gran Bretaña podría ser "una de las historias de éxito internacionales de la nueva década".

HACER LO CORRECTO

El jefe del Gobierno de coalición ha recalcado que ni él ni el viceprimer ministro, el liberaldemócrata Nick Clegg, imponen los masivos recortes económicos previstos por "fervor ideológico", sino que lo han hecho porque antes de su llegada al poder en mayo pasado el país estaba viviendo "por encima de sus posibilidades". "El interés nacional dicta que hagamos lo correcto, que es actuar, y no lo fácil, que sería retrasarlo. Al hacerlo, debemos ser claros: Gran Bretaña tiene por delante un futuro muy prometedor al que aspirar", ha insistido.

De hecho, el dirigente conservador ha asegurado que, desde la formación del nuevo Gobierno, que sustituyó al laborista de Gordon Brown, el país ha salido "de la zona de peligro" en cuanto a su situación financiera. "Tenemos un plan creíble para recuperar la confianza en nuestra economía, pero tenemos que cumplirlo", ha apuntado para recordar que los pasos más dolorosos se darán este año.