Los camisas rojas leales al depuesto ex primer ministro tailandés Thaksin Shinawatra rechazaron hoy negociar con el Gobierno tras los enfrentamientos de anoche entre activistas y soldados, que se saldaron con 18 muertos y 825 heridos en Bangkok.

"Nunca hablaremos con asesinos, tenemos la obligación moral ante los que murieron de devolver la democracia a este país", afirmó Jatuporn Prompan, uno de los cabecillas del Frente Unido para la Democracia y contra la Dictadura, organizador de las protestas.

Miles de manifestantes continúan en el cruce de Phan Fa de la capital, cerca de donde se libraron los combates callejeros, que dejaron un reguero de casquillos de bala, vehículos destrozados y charcos de sangre.

Un de las víctimas mortales, que incluyeron a soldados y manifestantes, es el camarógrafo japonés de la agencia de noticias Reuters Hiroyuki Muramoto, que recibió un balazo en el estómago disparado al parecer por un soldado.

Batalla campal

Al retirarse el Ejército, los camisas rojas destrozaron los vehículos militares y se hicieron con varios fusiles y munición, que blandieron en señal de victoria. Bangkok amaneció consternada por la peor ola de violencia ocurrida desde las protestas contra la junta militar que gobernaba Tailandia en mayo de 1992, cuando mas de 50 personas murieron y centenares resultaron heridas.

Los tiroteos comenzaron horas después de que las fuerzas de seguridad, apoyadas por vehículos blindados, empezaran a dispersar a los camisas rojas con cañones de agua y gas lacrimógeno para recuperar el control de las zonas ocupadas.

Sobre las 20.00 hora local (13.00 GMT), comenzó una batalla campal sobre el asfalto en la que ambos bandos intercambiaron fuego con fusiles M-16 y AK-47 y se lanzaron granadas y explosivos.

Los enfrentamientos más encarnizados se produjeron en el entorno de la concurrida calle de Khao San, donde los turistas pudieron oír con claridad los ruidos de balas y explosiones desde los albergues.

La respuesta del Gobierno

El primer ministro, Abhisit Vejjajiva, expresó anoche sus condolencias por los heridos y muertos, pero se negó a disolver el Parlamento y convocar elecciones, como le exigen los manifestantes. "Me gustaría decir que el Ejército sólo está autorizado a utilizar munición real para disparar al aire o en caso de autodefensa", afirmó Vejjajiva en un mensaje televisado.

Los camisas rojas continúan atrincherados en el puente de Pan Fah, cerca del antiguo Palacio Real, y en el distrito comercial de la capital.

Desde el miércoles rige en Bangkok y provincias aledañas el estado de excepción, que permite a los militares asumir el control de la seguridad, prohibir asambleas callejeras, declarar el toque de queda y censurar a los medios de comunicación.

La medida de emergencia ya ha sido aplicada para suspender el canal de televisión P-TV y bloquear varias páginas de Internet por "incitar a la violencia".