De muy poco sirvieron las medidas desplegadas por el Gobierno iraquí para garantizar la seguridad durante la jornada clave de la fiesta sagrada shií, la Ashura: al menos 30 personas murieron en varios atentados perpetrados en Bagdad por la insurgencia, dos de ellos cometidos por suicidas que hicieron estallar sus explosivos a bordo de una bicicleta. Los ataques causaron un centenar de heridos.

Los shiís conmemoraron ayer la muerte del imán Husein, nieto de Mahoma, pero no pudieron hacerlo en paz. El atentado más mortífero tuvo lugar en la plaza de Aden, donde un ciclista se hizo estallar al lado de un autobús repleto de peregrinos shiís que regresaban de la mezquita del imán Kazem, epicentro de las celebraciones en la capital. Murieron 19 personas.

Otro kamikaze detonó la carga explosiva que llevaba encima en el interior de una jaima y acabó con la vida de cuatro personas, mientras que otras cuatro fallecieron por disparos de mortero contra la mezquita de Al Nida. La muerte de 9 soldados iraquís víctimas de un suicida en Latifiya aumentó a casi 40 los muertos en todo el país.

VISITA DE HILLARY CLINTON También en la capital, otro atentado causó la muerte de un soldado de Estados Unidos. Hillary Clinton, que encabeza la visita de una delegación del Senado estadounidense a Bagdad, se declaró "prudentemente optimista" sobre el futuro de Irak, y agregó que todavía hay desafíos pendientes que superar.