El consumo y la venta de marihuana en Canadá está a solo unas semanas de ser plenamente legal. El parlamento canadiense ha aprobado una ley para legalizar el uso recreativo del cannabis, casi un siglo después de que se impusiera su prohibición en 1923. La décima economía del mundo, con una población de 35 millones de habitantes, se convertirá así en el segundo país del mundo en legalizar la marihuana después de Uruguay y en el primero en hacerlo entre los grandes países industrializados. El Gobierno federal de Justin Trudeau pretende que la nueva normativa entre en vigor el próximo 1 de julio, aunque las provincias y territorios canadienses, que tendrán autonomía para regular su venta y distribución, han pedido entre dos y tres meses para adaptarse a los cambios.

La legalización de la marihuana fue una de las grandes promesas electorales de Trudeau durante la campaña que le llevó al poder en el 2015, una medida que vendió como necesaria para acabar con el negocio de las mafias criminales y reducir el consumo entre los menores. “Ha sido demasiado fácil para nuestros chavales acceder a la marihuana y para los criminales cosechar los beneficios. Hoy hemos acabado con eso”, ha dicho el líder canadiense en las redes sociales. Con la nueva ley en la mano, y a falta únicamente de la ratificación de la Reina Isabel II, los mayores de 18 años podrán acarrear en espacios públicos hasta 30 gramos de marihuana y cultivar un máximo de cuatro plantas en casa. También podrán preparar comestibles, aunque su venta queda aplazada unos meses hasta que se adopte una legislación específica para este tipo de productos.

En licorerías, supermercados selectos o tiendas especializadas

La decisión de dónde y cómo vender el cannabis, que llevaba desde el 2001 legalizado para usos médicos, quedará a discreción de las provincias y territorios, dispuestas a explorar todo tipo de modelos. Unos pretenden venderlo en licorerías, otros en supermercados selectos o en tiendas independientes nacidas para la ocasión. El Ministerio de Finanzas espera unos ingresos por impuestos para las arcas públicas de 195 millones de euros, el grueso de los cuales irá inicialmente a parar a las provincias. La publicidad estará estrictamente regulada, y para aquellos que vendan marihuana a los menores, la ley contempla penas de hasta 14 años de cárcel.

“Este es un hito histórico de las políticas progresistas en Canadá”, ha dicho la titular de Justicia, Jody Wilson-Raybould. “Esta legislación ayudará a proteger a los jóvenes de los riesgos del cannabis al tiempo que aleja los beneficios del crimen organizado”. La marihuana ya era un gran negocio en el país norteamericano, aunque hasta ahora el grueso de sus dólares quedaban en el mercado negro. Estimaciones oficiales sostienen que los canadienses se gastaron en el 2015 cerca de 3.800 millones de euros en cannabis, casi tanto como lo que gastaron en vino.

La nueva ley no está exenta de detractores, que temen que la legalización propulse el uso de esta droga. Si bien una holgada mayoría de canadienses respalda el fin de la prohibición en las encuestas, otro sondeo sostiene que más de la mitad de empresas están preocupadas por el impacto en la fuerza laboral. Además de Uruguay y Canadá, nueve estados de Estados Unidos han legalizado el uso lúdico de la marihuana. Otros 22 países autorizan su uso terapéutico.