El grupo islamista afgano que supuestamente mantiene secuestrados a tres trabajadores de la ONU --una británica, un kosovar y un filipino-- extendió ayer el ultimátum para su ejecución hasta mañana a las 14.00 horas (10.30 horas en España). Los captores habían dado de plazo hasta ayer a la comunidad internacional para cumplir una lista de exigencias, entre ellas la liberación de los presos afganos en EEUU, y la retirada de las tropas de Afganistán.

"Tenemos un nuevo plazo para que se cumplan nuestras demandas", dijo Sabir Mohmin, del grupo Jaish-e-Muslimín (Ejército de Musulmanes). "El Gobierno y la ONU deben cumplir (el viernes) con nuestras exigencias", amenazó. Los captores separaron a los tres rehenes para impedir cualquier operación de rescate y amenazaron con matar a los otros dos si alguno era liberado por la fuerza.

El Ministerio del Interior afgano y expertos internacionales dudan que los secuestradores estén relacionados con los talibanes, y creen que podría ser obra de algún señor de la guerra que quiere presionar al Gobierno afgano.