El bloque de cardenales europeos, 58 frente a los otros 57, se convirtió este fin de semana (a causa de dos ausencias justificadas por enfermedad) en el grupo más numeroso del cónclave. No se trata de votos con una tendencia ideológica uniforme, aunque, según los expertos, representan un "paquete electoral" eurocéntrico, que será decisivo en la elección del nuevo papa. El grupo más numeroso lo constituyen los italianos, que cuentan con 20 electores, seguido por alemanes y españoles, con 6, y los franceses, con 5.

Entre los 58 cardenales, se encuentran la mayoría de los llamados grandes electores, o sea con prestigio como para influir en otros cardenales, sobre todo extraeuropeos. Es el caso del belga Godfried Danneels, los alemanes Kart Lehmann y Joseph Ratzinger, los italianos Camillo Ruini, Angelo Sodano y Carlo Maria Martini y el francés Jean-Marie Lustiger. Los dos últimos no podrán votar por razones de edad.

Los europeos comparten con los norteamericanos el poder de condicionar votos, porque de Europa y de EEUU procede principalmente la financiación. Así que el papa será un candidato promocionado por los cardenales de esas dos regiones geográficas, un hecho que no impedirá que el elegido sea un negro, asiático o latinoamericano.

OPINIONES Y QUINIELAS El prestigioso cardenal brasileño Evaristo Arns, ya jubilado, ha dicho: "No soy favorable a un papa latinoamericano porque no están preparados para comprender la evolución de un mundo que se basa en América del Norte, Europa y Asia, tres áreas de las que depende el cambio del planeta, la posibilidad misma de acabar con el hambre de la humanidad y de dar a todos la posibilidad de vivir con dignidad". Otro, el portugués Jose Saraiva Martins, ministro vaticano de los santos, ha señalado que "casi todos los problemas que se plantean a la Iglesia surgen en Europa".

El papable con más números del continente es el dominico Christoph Schönborn, de Viena. Sigue Miloslav Vlk, de Praga, con el hándicap de que se trataría de otro eslavo. Algunas fuentes citan a José da Cruz Policarpo, patriarca de Lisboa (69 años), del que se subraya el buen carácter y la lucidez intelectual. El último ingreso en las quinielas es el del franciscano Carlos Amigo Vallejo de Sevilla, europeo e hispanohablante a la vez. El único francés que asoma tímidamente es Philippe Barbarin de Lion, aunque le excluye su joven edad (54 años), que comportaría otro pontificado demasiado largo.

Queda el grupo italiano, que tiene varios aspirantes: Camillo Ruini, vicario del papa en Roma; Dionigi Tettamanzi, de Milán; Angelo Scola, de Venecia, y el jubilado Silvano Piovanelli, que podría ser un sorprendente papa de transición.