Con funciones similares a las que en otro país recaerían en un primer ministro, Carlos Lage Dávila, de 56 años, ha lidiado con algunos de los retos más importantes de Cuba en los últimos años y es quizá la figura más relevante de la jerarquía tras Fidel y Raúl Castro.

Como vicepresidente y secretario de los Consejos de Estado y de Ministros y miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba (PCC), Lage es desde los años 90 un hombre indispensable para entender el rumbo de Cuba y figura en todas las listas de candidatos a suceder a Fidel Castro, que hoy acaba de anunciar que no aspira a seguir en el poder.

Su nombramiento entre los seis hombres de confianza que, junto con Raúl, dirigen el país desde que el líder cubano delegó sus funciones en julio de 2006, refrendó la importancia que Lage ha tenido y tiene en el Gobierno. Fidel Castro le dejó al frente de la "Revolución Energética" que impulsó desde finales de 2004.

El protagonismo de Lage en los últimos años en el panorama internacional, donde en repetidas ocasiones representó al líder cubano, ha hecho que él y al canciller, Felipe Pérez Roque, se convirtieran en la cara de la revolución fuera de la isla. Aunque la figura no existe en el organigrama constitucional de Cuba, concebido con un diseño similar al de un sistema parlamentario, Lage desempeña algunas funciones parecidas a las encomendadas a un primer ministro.

En 2006, menos de una semana después del anuncio de la convalecencia de Castro, Lage viajó a Bolivia para asistir a la constitución de la Asamblea Constituyente y, posteriormente, a Colombia a la investidura de Alvaro Uribe, y fue uno de los pocos que dio información sobre el estado de salud del presidente cubano tras la operación.

Un médico dedicado a la política

Lage nació en La Habana el 15 de octubre de 1951 y se licenció en pediatría, para saltar desde la universidad al escenario político, primero como presidente de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) y, posteriormente, como primer secretario nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC). Ejerció la medicina pocos años, que, sin embargo, le permitieron participar en una misión en Etiopía, donde fue jefe del contingente médico cubano y cumplió con la labor internacionalista que tradicionalmente desempeñan los mandos de la jerarquía de la isla.

Ingresó en el partido en 1976 y ese mismo año, a la edad de 25, fue elegido diputado en la Asamblea Nacional, cargo que conserva. Formó parte del Equipo de Coordinación y Apoyo al Comandante y en el Congreso del partido de 1980 entró en el Comité Central. Seis años después, en la siguiente reunión del máximo órgano del PCC, fue nombrado miembro suplente del Buró Político.

Al decretarse en los primeros meses de 1990 el "periodo especial", como consecuencia del desmoronamiento del bloque socialista del Este de Europa, el partido le puso al frente de la Comisión del Sistema de Dirección y Planificación de la Economía y posteriormente se incorporó al Consejo de Estado. Fue el encargado de mostrar en el Congreso del PCC de 1991 la realidad de una economía que ya atravesaba dificultades y tenía por delante un auténtico calvario.

Al año siguiente fue nombrado secretario del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros y, en 1993, vicepresidente del Consejo de Estado. Cabeza visible entonces de las reformas económicas, a él y a Raúl Castro se les atribuyen algunas de las medidas aperturistas que emprendió el régimen durante aquellos años de asfixia económica.

Se ha hecho habitual su asistencia a las Cumbres Iberoamericanas, o a las de la Unión Europea con América Latina y Caribe, y a las tomas de posesión de jefes de Estado.