El fuego ha vuelto a castigar Dacca. Un incendio masivo ha arrasado el centro histórico de la capital de Bangladesh y causado decenas de muertos antes de ser apagado esta mañana. Las autoridades hablan de 78 fallecidos pero alertan de que la cifra aumentará en cuanto los equipos de rescate alcancen los edificios calcinados. El fuego también ha dejado casi 60 heridos, de los que una decena está en estado crítico, según el Hospital Médico de Dhaka.

Los bomberos han necesitado toda la noche para controlar el fuego que se había iniciado sobre las 22.30 (hora local) porque las estrechas callejuelas del barrio de Chawkbazar y las sucesivas explosiones en los almacenes de sustancias inflamables dificultaron su tarea. Más de 200 efectivos llegados desde 37 estaciones han peleado durante más de 12 horas contra las llamas. Llevará tiempo, este no es un incendio cualquiera, ha resumido un bombero aludiendo a las grandes reservas de combustible en la zona.

CAUSAS CONFUSAS

Las causas son aún confusas. Un testigo sostiene que un cilindro de gas habría explotado en un coche y que el fuego se propagó entre los vehículos hasta alcanzar un depósito de productos químicos. Las autoridades sostienen que este depósito de tres plantas, conocido como Mansión Haji Wahed, fue el primero en arder. Las altas columnas de humo son aún visibles esta mañana y se teme por el derrumbe de algunos edificios afectados. Varios coches y los típicos rickshaws o bicitaxis han quedado también calcinados.

La mayoría de los fallecidos quedaron atrapados en sus viviendas o no pudieron escapar de la zona por los atascos que se forman en las estrechas callejuelas de Chawbakkar. Entre ellos se cuentan los asistentes a una multitudinaria fiesta nupcial. Las víctimas incluyen a gente que paseaba en las calles y que estaba comiendo en restaurantes, ha revelado Ibrahim Khan, vicedirector de la policía municipal.

SUPERVIVIENTES

Haji Abdul Kader, propietario de una tienda arrasada, ha explicado que se salvó porque casualmente había ido a la farmacia. Cuando estaba en la farmacia escuché una gran explosión. Me giré y vi que toda la calle, colapsada de coches y rickshaws, estaba en llamas. Había fuego en todas partes. Sufrí quemaduras y fui rápidamente al hospital, ha explicado a la agencia France Press. También se salvó Sohag Hossain, empleado en una fábrica de plásticos. Sus dos compañeros no pudieron escapar del edificio tras escuchar el primer estallido y perecieron bajo el fuego, según el medio Daily Star.

Chawkbazar resume los déficits de seguridad de un país que encadena las tragedias. Es una zona popular de la parte vieja de la capital, levantada cuatro siglos atrás durante la dinastía Mughal. La expansión de la ciudad ha disminuido su pasada relevancia comercial pero se mantiene como el epicentro de negocios químicos de todo tipo y fábricas de perfumes y desodorantes. Las plantas bajas de muchos edificios sirven de depósito de sustancias altamente inflamables que suponen un peligro mayúsculo por la alta densidad de población y la olímpica ignorancia de las medidas de seguridad.

El incendio que dejó 124 muertos en 2010 en el distrito de Nimtali, también avivado por las explosiones de sustancias inflamables almacenadas, estimuló la aprobación de normativas de seguridad. Las campañas se han sucedido con resultados dudosos. La ciudad aún acoge un millar de fábricas químicas y 850 de ellas son ilegales, según grupos ecologistas. Un estudio del departamento de bomberos concluido dos años atrás revelaba la existencia de 360 almacenes químicos en edificios de viviendas del casco viejo de Dacca.

Es habitual que las autoridades prometan medidas drásticas para ordenar el caos después de cada tragedia. Más de 1.100 trabajadores murieron en 2013 en el incendio de la fábrica textil Rana Plaza. Los activistas denuncian que las condiciones laborales no han mejorado sustancialmente desde entonces.