Una manifestación histórica ha recorrido este viernes las calles de Santiago para exigir al presidente Sebastián Piñera cambios económicos y sociales más profundos de los que ha anunciado para enfriar la protesta. "La marcha más grande de Chile" ha reunido a casi un millón de personas y ha puesto en evidencia que el estallido social que ha empezado hace nueve días está lejos por ahora de desactivarse.

Por lo pronto, el Gobierno de derechas ha renovado el toque de queda en la capital y las regiones de Antofagasta, Copiapó, Valparaíso, Rancagua, Concepción, Puerto Montt y Osorno. También se mantiene el estado de emergencia.

La plaza Baqueano santiaguina se ha convertido en el epicentro de una movilización festiva y pacífica que desconcierta a las autoridades. Hasta el momento, la protesta más importante registrada en Chile desde que el país recuperó su institucionalidad democrática en 1990 ha dejado oficialmente 19 muertos y unos 2.200 detenidos.

Piñera ha enviado al Ejército a las calles, algo que no sucedía desde los años de la dictadura pinochetista. Se han denunciado multitud de violaciones a los derechos humanos.

El malestar que empezó con la subida del precio del billete del metro se ha convertido ahora en un gran interrogante del modelo económico de orientación neoliberal.