El vicepresidente, Dick Cheney, se perfila cada día más como figura central en el escándalo político por la filtración de la identidad de la agente secreta de la CIA, Valerie Plame, en el 2003. Anotaciones escritas por Cheney y obtenidas por el fiscal que investiga el caso, Patrick Fitzgerald, indican que el vicepresidente centró su atención en las críticas publicadas contra la invasión de Irak por el esposo de Plame, Joseph Wilson, solo ocho días antes de que se revelase la identidad de la agente secreta, al parecer como represalia.

Las notas de Cheney aparecen en el margen de un ejemplar del artículo publicado por Wilson en The New York Times tras viajar a Níger, y en el que refutaba que Irak tratase de obtener uranio enriquecido en ese país africano, como sostenía la Casa Blanca para justificar la guerra. "¿Se ha hecho esto antes, enviar a un embajador para responder a una pregunta? ¿Normalmente enviamos gente a trabajar para nosotros sin cobrar, o fue su esposa quién le envió a un viaje pagado?", escribió.

Fitzgerald investiga quién filtró a la prensa la identidad de Plame y, hasta ahora, solo ha procesado al exjefe de gabinete de Cheney, Lewis Libby, por perjurio en sus declaraciones. Un mes antes de la filtración, Cheney había dicho a Libby que Plame trabajaba para la CIA.