En el 2000, cuando era candidato a la presidencia de Estados Unidos, George Bush prometió restaurar la integridad y el honor a un cargo empañado por los escándalos de la era Clinton . Cinco años después, los estadounidenses creen que la ética de la Casa Blanca ha empeorado desde que el presidente republicano llegó al poder, y la mayoría están convencidos de que el procesamiento del jefe del gabinete del vicepresidente Richard Cheney, Lewis Libby, por falso testimonio y obstrucción a la justicia en el caso Plame, es sólo la punta del iceberg del dudoso comportamiento del Gobierno.

El 46% de los estadounidenses creen que el respeto a la ética va de mal en peor desde que Bush llegó a la Casa Blanca, según un sondeo publicado ayer por The Washington Post. Además, el 47% de los estadounidenses están convencidos de que Karl Rove, director adjunto del gabinete, actuó mal en el caso Plame.

Por otra parte, el Pentágono hizo público el sábado el primer recuento de los ciudadanos iraquís muertos o heridos por los crecientes ataques de los insurgentes, que ascienden a 26.000 desde el comienzo del 2004. EEUU admite así, también por primera vez, que la violencia está creciendo en el país.