Ojo por ojo y diente por diente. Esta sangrienta fórmula ha sido respetada desde la época de los zares tanto por las tropas rusas en Chechenia, como por las guerrillas. Muchos familiares de los llamados señores de la guerra chechenos pagaron el pato a causa de sus amistades peligrosas. Tanto los militares rusos, como los chechenos fieles a Moscú les utilizaron en muchas ocasiones como rehenes para chantajear a los rebeldes escondidos en las montañas.

La reciente desaparición de ocho allegados del presidente checheno en el exilio y líder de los separatistas, Aslan Masjadov, ha sido percibida por muchos en Chechenia como una operación especial" ideada por el Kremlin para evitar nuevos atentados y forzar la rendición del jefe de las guerrillas.

Secuestros simultáneos

La hermana de Masjadov, Buchu Abdulkadirova, de 68 años, fue detenida el 3 de diciembre en su apartamento de Grozni, la capital chechena. Un grupo de hombres armados registró su casa y se la llevó a un lugar desconocido. El mismo día, en la localidad chechena de Pervomaiskaya fueron secuestrados Lema Masjadov, de 55 años, e Ijvan Magomedov, de 35 años, hermano y sobrino del líder separatista. Desde entonces los familiares no han tenido noticias.

"Es una barbaridad. ¿Qué culpa tiene una anciana? No hemos tenido contacto con Masjadov desde hace años", dice Patimat, la hija de Abdulkadirova y sobrina de Masjadov.

La fiscalía de Chechenia abrió la semana pasada ocho expedientes por presunto secuestro de los miembros de la familia Masjadov. Tanto los militares y servicios especiales rusos, como las fuerzas chechenas fieles a Moscú negaron su participación en la desaparición. Sin embargo, los allegados de los secuestrados y la organización rusa Memorial, dedicada a la protección de derechos humanos, afirman que los familiares de Masjadov han sido detenidos por orden de Ramzan Kadirov, viceprimer ministro de Chechenia próximo al presidente ruso, Vladimir Putin.

"Un recluso recién liberado nos ha dicho que nuestros familiares están en la cárcel Centroroi, controlada por Kadirov. Aunque las autoridades chechenas sostienen que no saben nada sobre ellos, los subordinados de Kadirov reconocen en privado que los Masjadov están en su poder", afirmó Patimat Abdulkadirova.

Beneplácito de Moscú

Según explicó a este diario Serguei, un teniente del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB), que en noviembre pasado volvió de Chechenia, el secuestro de los Masjadov hubiera sido imposible sin la aprobación del Kremlin. Según Serguei, los paramilitares que se llevaron a la hermana de Masjadov dijeron a los militares rusos que les pararon en un control que tenían "una orden del Kremlin" para detenerla.

Kadirov, cuyo padre, el presidente prorruso de Chechenia, Ajmad Kadirov, murió el pasado 9 de mayo en un atentado en Grozni, ha estado obsesionado con aniquilar a Masjadov. Kadirov, quien ha negado rotundamente su papel en las detenciones, afirmó esta semana que "entregarse es ahora la única opción para Masjadov".

La idea de tomar rehenes entre los familiares de rebeldes chechenos fue aprobada por el fiscal general de Rusia, Vladimir Ustinov, quien aseguró en octubre pasado que "es necesario y razonable" hacerlo cuando "la situación lo requiere".

Luidmila Alekseeva, presidenta del Grupo de Helsinki de Moscú, opina que "esta norma es propia de la época medieval ya que los ocho familiares desaparecidos de Masjadov no han cometido ningún delito. Si a un ciudadano ruso le detienen por ser miembro de la familia Masjadov, entonces los métodos de la Fiscalía General rusa no difieren en nada de los de los insurgentes".

Masjadov, quien ha declarado que seguirá luchando contra las tropas rusas incluso si toman como rehenes a todos sus familiares, cedió el lunes a la presión. El líder separatista declaró un alto fuego incondicional y llamó a Putin a negociar, en una entrevista publicada en el diario moscovita Kommersant .