Tras 12 años como cancillera de Alemania y casi 18 al frente de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), Angela Merkel empieza a divisar el principio del final de su vida política. Consciente de ello, ayer la líder conservadora presentó oficialmente los cargos que definirán su sucesión y el futuro del partido. Reunidos en el congreso de Berlín, una abrumadora mayoría del 97% de sus miembros ha dado luz verde al pacto de gobierno de gran coalición con los socialdemócratas.

Una semana después de sorprender a todo el mundo al designar a Annegret Kramp-Karrenbauer como nueva secretaria general de la CDU, ayer 785 de los 794 delegados del partido aprobaron a la ministra-presidenta del estado del Sarre como su nuevo referente, un 98,8% de los votos. «La estrella es el equipo, es la CDU», remarcó. El mandato de AKK, como es conocida dentro del partido, vendrá marcado por una discusión con las bases que lleve a una renovación de las políticas conservadoras para el 2021.

Aclamada por los suyos, los aplausos a AKK indican la gran popularidad de la que goza entre las bases. Íntima amiga de Merkel, su elección es un gesto de fuerza de la cancillera en un momento en que su liderazgo está más cuestionado que nunca. Kramp-Karrenbauer ocupará el vacío dejado por Peter Tauber, otro peso pesado cercano a Merkel, que dimitió del cargo.

Durante la tarde del domingo, la cancillera presentó en Berlín su equipo de elegidos para formar parte del nuevo Gabinete, una lista más joven, femenina y con representación de las distintas facciones del partido que pretende acallar las críticas internas después de la importante pérdida de votos hacia la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) en las pasadas elecciones del 24 de septiembre.

En esa dirección, Merkel señaló como nuevo ministro de Sanidad a Jens Spahn, miembro de la cúpula de la CDU y duro crítico de sus políticas migratorias. En una decisión inusual en la cancillera, que siempre ha castigado políticamente a sus adversarios, la presión le ha forzado esta vez a optar por situar a su principal adversario dentro del nuevo Gabinete. «Queremos que AfD sean superfluos», explicó Spahn. Entre los otros altos cargos del nuevo Ejecutivo también destacan Peter Altmaier como nuevo ministro de Asuntos Económicos y Julia Klöckner como ministra de Agricultura.

La lista también puede leerse en clave sucesoria. Aunque durante sus 12 años de mandato Merkel se ha encargado de desactivar todas las potenciales amenazas a su liderazgo, la cancillera sabe que se encuentra en la recta final de su vida política. Es por eso que entre los elegidos para formar parte del nuevo Gabinete hay figuras que suenan con fuerza para el futuro de la CDU. Además de la elección de Kramp-Karrenbauer, otros como Klöckner e incluso Spahn, duro crítico de Merkel, apuntan a un posible relevo de la cancillera.

A LA ESPERA DEL SPD / La cancillera subió el tono en su crítica a los discursos incendiarios y a la islamofobia, en un claro mensaje contra AfD y los sectores más conservadores de la propia CDU que se han opuesto a su política migratoria. El congreso también despidió con largos aplausos a pesos pesados de anteriores gabinetes como a Wolfgang Schäuble, titular durante ocho años de la cartera de Finanzas y padre de la austeridad fiscal, y a los exministros de Interior y Sanidad, Thomas de Maizière y Hermann Gröhe.

A pesar del sí conservador, el principal escollo que afronta ahora el país tras cinco meses de inestabilidad política se encuentra entre las filas socialdemócratas. Este domingo el SPD dará a conocer el resultado de una votación interna sobre el acuerdo de gobierno con los conservadores que empezó el 20 de febrero. Muy mal recibido por sus bases y las juventudes del partido, el pacto con Merkel abrió una crisis que terminó con la dimisión de Martin Schulz. Si los delegados del SPD lo apoyan, Alemania tendrá un nuevo Gobierno; si no, la fractura llevará a una inestabilidad hasta ahora desconocida.