Imam Samudra, acusado de ser el cerebro del atentado de Bali (Indonesia) que causó 202 muertos y más de 350 heridos, confesó ayer haber planeado y ejecutado la matanza del pasado 12 de octubre, pero no mostró arrepentimiento. "¿Por qué debería arrepentirme? Estoy contento", declaró --a la salida del interrogatorio-- el imputado, de 33 años, cuyo juicio comenzará a finales de mes.