El regreso de las protestas de los 'chalecos amarillos' en Francia tras la pausa del verano ha empezado este sábado con al menos 80 detenidos en París. Los arrestos se han producido a primera hora de la mañana, antes del inicio de la marcha oficial y tras el veto de la manifestación que habían convocado en los Campos Elíseos. Las autoridades quieren evitar que las protestas acaben en una oleada de destrozos en este emblemático paseo de la capital francesa.

Casi dos años después de sus primeras movilizaciones, los llamados 'gilets jaunes' han preparado volver a las calles con una serie de acciones tanto en la capital como en ciudades como Marsella, Toulouse, Lyon, Lille, Nantes, Niza, Burdeos o Estrasburgo.

Las tiendas de los Campos Elíseos han amanecido este sábado completamente blindadas ante el temor de que pueda haber destrozos, siguiendo las instrucciones de la Policía que les recomendó cerrar a primera hora de la mañana e instalar protección.

"Hay un problema de serenidad en esta avenida, que es la vitrina de nuestro país", ha señalado el prefecto de policía de París, Didier Lallemet, en una rueda de prensa este sábado, justificando la razón de la prohibición de la manifestación.

La Prefectura de Policía ha rechazado las dos marchas en los alrededores de los Campos Elíseos y ha permitido en cambio dos, una entre la plaza de la Bolsa y la Porte de Champerret (noroeste), y otra entre la plaza de Wagram y la plaza de Saint-Pierre, delante de la iglesia del Sagrado Corazón.

Vuelta a la rutina de protestas

En paralelo, uno de los líderes de los 'chalecos amarillos', que pretenden volver a la antigua rutina de movilizaciones semanales, Jérôme Rodrigues, ha llamado a sus seguidores a la "desobediencia civil" y a que oculten sus documentos de identidad para ralentizar los controles. Un llamamiento que ha sido calificado de "infantil" por Lallamet, que estima que el dispositivo está preparado para poder hacer verificaciones de identidad.

En el evento de Facebook de la convocatoria, más de 2.000 personas han indicado que participarán en la concentración pero la policía espera más del doble de asistentes.

Al despliegue policial "importante" y "reactivo" preparado para controlar los disturbios, se suma la demanda de las autoridades para que los manifestantes respeten la distancia física y usen mascarilla, en plena degradación de la situación sanitaria en Francia, que registró el sábado más de 9.000 nuevos positivos del coronavirus.