El presidente venezolano, Hugo Chávez, acariciaba anoche un nuevo mandato de seis años, según las primeras estimaciones tras una jornada electoral en la que los votantes, que alcanzan casi los 16 millones, se volcaron masivamente a las urnas para escoger entre el gobernante, que lleva ocho años en el poder, y el candidato opositor Manuel Rosales, por encima de otra docena de aspirantes. Observadores de la Unión Europea y la Fundación Carter vigilaron la limpieza de los comicios.

A la espera de los primeros resultados oficiales, la gran preocupación de la mayoría era cuál iba a ser la reacción de quien resultara derrotado. Chávez, que pidió "altura y responsabilidad" a sus opositores, aseguró: "Le estamos dando significado y contenido a la democracia".

DIANA MILITAR La jornada empezó muy temprano. A las tres de la madrugada, los seguidores de Hugo Chávez tocaron diana floreada al estilo militar desde coches con altavoces, mientras los cohetes atronaban el cielo de Venezuela. Cuando se abrieron los colegios electorales, a las 6 de la mañana, gran número de electores formaba largas filas, que daban la vuelta a la manzana.

"Si continúa esta afluencia de gente a los centros de votación lograremos que la abstención esté por debajo del 30%, lo cual batiría todas las marcas precedentes de participación", dijo el vicepresidente del Gobierno, José Vicente Rangel. "Estamos muy satisfechos de cómo se está desarrollando la votación y plenamente convencidos de que es un proceso limpio y sin coacciones, en el marco del respeto a todos", añadió Rangel. Muchos llevaban sillas, sombrillas y paraguas, para una larga espera bajo un tiempo cambiante.

Rosales, recibido por sus correligionarios con gritos de "presidente, presidente", votó en Maracaibo, capital del Zulia, estado del que es gobernador con permiso. También el grito de "atrévete", lema de su campaña, se extendió dentro y fuera del colegio electoral. A la salida, el candidato aseguró: "Todo presagia que vendrán tiempos mejores". No obstante, denunció que "en algunas máquinas", si se votaba por él salía el voto en blanco, y amenazó con "no aceptar los resultados" si el problema no se solucionaba o bien se pasaba a la votación manual.

La presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, calificó el proceso de votación de "técnicamente perfecto" y descartó la posibilidad de que la maquinaria cambiara el sentido del voto. El propio Hugo Chávez criticó que "alguien, sintiéndose derrotado", empezase a "decir que esto o aquello y a lanzar dudas, buscar excusas y echar a rodar bolas".