Aunque Carlos Rodríguez y su esposa deben esperar hasta septiembre para mudarse a su piso nuevo han adelantado las compras de la nevera, la lavadora y la secadora. La pareja hizo ayer una cola de tres horas para entrar en la tienda JVG, ubicada en el barrio caraqueño de Los Dos Caminos, pues prevé que el precio de estas mercancías "explotará" como consecuencia de la devaluación de la moneda decretada el viernes por el presidente venezolano, Hugo Chávez.

Rodríguez piensa que al cambiar la cotización del dólar para la importación de los electrodomésticos de 2,15 a 4,30, los precios se duplicarán, por lo que prefiere endeudarse con la tarjeta de crédito ahora y adquirir estos artefactos que reposarán en el párking de su madre hasta que les entreguen el nuevo piso. Al igual que esta pareja, miles de venezolanos se han lanzado a las calles para adquirir productos a precio viejo, antes de que los comercios ajusten el coste a los nuevos parámetros.

La situación creada por el inesperado anuncio gubernamental ha afectado en especial a las tiendas de electrodomésticos, que se han visto desbordadas por una avalancha de clientes. Según el director de la tienda JVG de Los Dos Caminos, César González, desde el sábado pasado las ventas se han sextuplicado y han debido aplicar controles extraordinarios para permitir la entrada de clientes de forma ordenada.

TELEVISORES AGOTADOS González asegura que algunos productos se han agotado, como los televisores de plasma de 32 pulgadas, por lo que cree que en un lapso breve los productos comenzarán a escasear.

La estampida de los consumidores ha afectado también a farmacias, supermercados, tiendas de repuestos para coches y, en general, a todos los comercios que venden productos importados. ¿El motivo? Venezuela lo importa todo, desde pañales hasta productos de aseo personal, libros, coches, vestimenta, medicinas, zapatos e incluso alimentos.

Aunque Chávez amenazó el domingo a los comerciantes con quitarles la propiedad de su negocio si suben los precios, los ciudadanos acuden en masa a las tiendas, pues saben que las próximas importaciones implicarán un incremento en el precio, derivado de la devaluación.

La devaluación aplicada por el Gobierno venezolano implica un tipo de cambio controlado dual: alimentos, medicinas y bienes esenciales se importarán a una tasa de 2,60 bolívares por dólar, mientras que a los electrodomésticos, los coches, las prendas de vestir y el resto de productos se les aplicará una tasa de 4,30.

En el primer caso se produjo una depreciación de la moneda en torno al 20% y en el segundo, del 100%. Hace menos de un año, cuando el precio del petróleo rondaba los 30 dólares, Chávez garantizó que su Gobierno no necesitaba devaluar la moneda, a pesar de la crisis internacional.

En enero del 2008, Venezuela sufrió una reconversión monetaria que dio paso al bolívar fuerte, moneda cuyo valor ha venido mermando desde entonces por la inflación del 30% en el 2008 y del 25% en el 2009. La moneda venezolana se hallaba sobrevalorada desde hace años. La cotización del dólar en el mercado paralelo, en el que se negocian los bonos del Estado y gracias al cual los venezolanos pueden adquirir divisas extranjeras al margen del control de cambios, ha llegado a triplicar el valor oficial.

EFECTO DEMOLEDOR En opinión del presidente de la Academia Venezolana de Ciencias Económicas, Pedro Palma, ha ocurrido una maxidevaluación que tendrá un efecto demoledor, pues se traducirá en mayor inflación, reducción del poder de compra y caída del consumo.

Las empresas españolas que operan en Venezuela también podrían verse afectadas, pues algunas no han podido repatriar sus dividendos desde hace varios años. En el caso de Telefónica, se calcula que si debe cambiar sus ganancias según la nueva cotización, podría perder unos 2.000 millones de euros. No obstante, no puede descartarse la posibilidad de que tras una negociación con Chávez logre algún tipo de acuerdo más favorable.