Las autoridades cubanas y su gran aliado, el presidente venezolano, Hugo Chávez, trataron de salir ayer del paso a los rumores relativos a la convalecencia de Fidel Castro, al que no se ha visto en público desde que fue operado en julio. Un día después de que el jefe del espionaje estadounidense, John Negroponte, afirmara que al líder cubano "no le queda mucho", el diario oficial Granma informó de la llamada telefónica de Castro a un grupo de diputados, y Chávez negó que el dirigente sufra un cáncer terminal. "Fidel no tiene cáncer, estoy bien enterado", afirmó.

El mandatario venezolano informó que habló por teléfono con Castro el viernes. "Lo sentí de muy buen humor, tanto que comparó a mis loros con Bush", dijo, a la vez que expresó su optimismo porque continúe su "lenta" recuperación de la operación gastrointestinal a la que fue sometido en julio, que le obligó a delegar el mando en su hermano Raúl Castro.