El vicepresidente de EEUU, Dick Cheney, manifestó ayer en Tiflis el firme apoyo estadounidense a la integración de Georgia en la OTAN y reiteró el compromiso de la Administración de EEUU de ayudar económicamente a la reconstrucción del país, dañado por la breve guerra con Rusia del pasado agosto.

Después de Georgia, Cheney siguió su viaje a Ucrania, otro antiguo miembro de la Unión Soviética que también quiere formar parte de la OTAN a finales de año. En Kiev, Cheney se entrevistó con el presidente ucraniano, Viktor Yushchenko.

CRITICAS A MOSCU En una comparecencia junto al jefe del Estado georgiano, Mijail Saakashvili, el vicepresidente de EEUU calificó la actuación rusa en el conflicto de Osetia del Sur y Abjasia como un "intento ilegítimo y unilateral de modificar por la fuerza" las fronteras de Georgia, y enfatizó que ese proceder "ha sido universalmente condenado por el mundo libre". "Las acciones de Rusia cuestionan la confianza en ella como socio internacional". "Ha llegado la hora de ayudar a Georgia", dijo Cheney, tras recordar que tropas georgianas apoyaron a EEUU en Irak.

El miércoles, el presidente estadounidense, George Bush, anunció una ayuda para Georgia de 697 millones de euros, que serán destinados a la reconstrucción y a la ayuda a los refugiados. Con este regalo bajo el brazo, Cheney dio un gran espaldarazo personal a Saakashvili, que se encuentra debilitado políticamente en su país tras el conflicto armado con Rusia. El presidente georgiano hizo un llamamiento para que la comunidad internacional rechace las independencias de Abjasia y Osetia del sur, hasta ahora reconocidas únicamente por Rusia y Nicaragua.