Los chilenos conmemoraron hoy el 34 aniversario del golpe militar que el 11 de septiembre de 1973 derrocó al presidente Salvador Allende, el primero sin la presencia del ex dictador Augusto Pinochet, fallecido en diciembre de 2006.

La conmemoración transcurrió en un ambiente de relativa tranquilidad y con algunos incidentes aislados, sin que hasta media tarde se informara de detenidos.

Los sectores de izquierda recordaron en las calles al fallecido mandatario socialista y a los caídos en la asonada militar, mientras quienes apoyaron el golpe acudieron a misa y, desde el Gobierno, la presidenta Michelle Bachelet rindió homenaje a las víctimas.

Pero en una misa celebrada por el Ejército en la Escuela Militar, el nombre de Pinochet, que además de haber encabezado una cruenta dictadura (1973-1990), comandó la institución durante 23 años (1973-1998), no fue mencionado por los sacerdotes oficiantes.

Michelle Bachelet, tras depositar flores ante una placa que recuerda a Allende en el lugar donde murió, en La Moneda, abogó por un Chile "más justo y democrático", en una ceremonia en que estuvo acompañada por una de las hijas del gobernante, Carmen Paz Allende y una de sus nietas, Marcia Tambutti.

"Que este 11 de septiembre sea nuevamente un compromiso de todos nosotros para ese Chile mejor, más democrático, más justo, más humano y más libre que todos queremos", afirmó la mandataria socialista.

"Este es un día de conmemoración, de reflexión. Hace 34 años en nuestra patria hubo sucesos que terminaron con la democracia y además con la vida de muchos compatriotas", dijo Bachelet, que destacó también la figura de Allende, "que entregó su vida por la dignidad, por la democracia y por la patria".

La mandataria, junto a otras autoridades e invitados, participó además en La Moneda en una liturgia ecuménica en memoria de quienes murieron allí, en defensa de la democracia, hace 34 años. En el oficio, el sacerdote Percival Cowley dijo que no se puede olvidar "a quienes perdieron la vida, tanto civiles como militares", mientras el pastor evangélico Juan Albornoz, manifestó que "recién esta pesadilla está dando paso a la normalidad".

Los familiares de los detenidos desaparecidos, grandes ausentes

Los grandes ausentes en la misa fueron los familiares de los detenidos desaparecidos, que no asistieron en protesta porque el pasado domingo fueron reprimidos por la policía cuando trataron de llegar a Morandé 80, la puerta por la que fue sacado el cadáver de Allende, durante una marcha de homenaje a las víctimas.

En una declaración, la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD) denunció "la persistente conducta represiva impuesta por las autoridades contra la ciudadanía" y condenó "la criminalización de las manifestaciones públicas".

"Participar de una conmemoración tan profundamente significativa, con la imagen de la ciudad sitiada en aras del orden, sin libertad para depositar una flor precisamente en el lugar en que mataron la libertad, sería un contrasentido que no podemos ni queremos vivir", añadieron.

La presidenta de la AFDD, Lorena Pizarro, condenó la actitud policial. "Esto es lo que Allende no quería. Quería que se abrieran las Alamedas para que pase el hombre libre", sentenció.

Homenaje a Allende

Diversas organizaciones políticas y sociales rindieron homenaje a Salvador Allende depositando flores en Morandé 80 y a los pies del monumento a su memoria, situado frente a La Moneda.

La tranquilidad fue alterada cuando militantes comunistas arremetieron con insultos y palos contra el presidente del Partido Socialista, el senador Camilo Escalona, al que reclamaron por las restricciones policiales. Escalona fue defendido por miembros de su partido, que se enzarzaron a golpes con los comunistas durante algunos minutos.

En tanto, la familia Pinochet y el círculo más cercano al dictador, participó en una misa oficiada por el cardenal Jorge Medina en la capilla de la finca Los Boldos, a 130 kilómetros al suroeste de Santiago donde están depositadas sus cenizas. Durante el oficio religioso se instaló una placa de mármol recordatoria, primer paso para la construcción de un mausoleo en memoria de Pinochet.

Hasta Los Boldos llegaron el ex jefe del Ejército, Ricardo Izurieta, representantes de la Fundación Pinochet, antiguos colaboradores de su régimen y el general jubilado Guillermo Garín, portavoz de la familia.

En declaraciones a la prensa, Garín señaló que la presencia de Pinochet "la sentimos en todos lados, gracias a su gran obra".La diputada Isabel Allende, hija del fallecido mandatario, en declaraciones desde Madrid lamentó que el fallecido dictador Augusto Pinochet haya muerto sin recibir una sentencia condenatoria.