La luz amarilla titiló ayer con señales de advertencia delante de la presidenta chilena Michelle Bachelet y la Concertación Democrática (CD), la coalición de socialdemócratas y democristianos que gobierna Chile desde 1990. Fruto de la división interna y el malestar popular, cedió a la derecha casi todas las alcaldías más populosas del país en los comicios municipales.

La alianza entre Renovación Nacional (RN) y la Unión Demócrata Independiente (UDI) obtuvo el 40,56% de los votos --ganando incluso en Santiago, la capital--, frente a los 38,46 de la CD. RN y la UDI creen que en el 2010 podrán volver al poder que dejaron cuando el dictador Augusto Pinochet abandonó el palacio de La Moneda.