Las relaciones entre China y Japón se deterioran rápidamente. Pekín acusó ayer a Tokio de haber precipitado la peor crisis bilateral desde que ambos países restablecieron vínculos diplomáticos, en 1972. "Las relaciones están en tal estado que dañan la paz y la estabilidad en la región", admitió el viceministro de Exteriores chino, Wu Dawei. Wu lamentó la situación entre ambos países, pero agregó: "Nosotros no tenemos nada de qué disculparnos. Es Japón el que debería pedir perdón".

China culpó a Tokio de las multitudinarias manifestaciones antijaponesas de las últimas semanas. "La principal causa de la inestabilidad es la incapacidad de Japón para tratar el asunto de su historia y la invasión militar de China (1931-1945)", destacó Wu, exembajador en Tokio.

La aprobación en Japón de unos libros de texto que maquillan los excesos de la ocupación japonesa resulta intolerable para Pekín. El Gobierno chino se opone a que Tokio obtenga un sitio permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU. Primero "debe ser un país responsable" y asumir sus errores históricos.

Tokio rechaza esa opinión. "Da igual cuáles sean los motivos, la violencia no es aceptable", se lamentó ayer el ministro portavoz del Gobierno japonés, Hiroyuki Hosoda. Japón exige compensaciones por los destrozos que sufrió el fin de semana su consulado en Shanghai, cerrado hasta nueva orden. "Es extremadamente lamentable que China no se disculpe", agregó Hosoda. Japón considera "inaceptable" la postura de China, que no se contenta con las disculpas ofrecidas en el pasado y rechazó las compensaciones económicas que Tokio le ofreció en su día.

Sin embargo, el primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, intenta mantener una actitud de mano tendida hacia Pekín, y ayer expresó su deseo de reunirse con el presidente chino, Hu Jintao, con el que coincidirá el próximo viernes en Yakarta.