El Gobierno chino aseguró ayer que los disturbios del pasado domingo en Urumqi fueron actos premeditados de musulmanes uigures, entre los que se hallaban "activistas separatistas" entrenados por Al Qaeda y otras organizaciones terroristas internacionales. Pekín apeló a la comunidad internacional a "unirse contra el terrorismo". Mientras, la calma ha vuelto a Urumqi. La fuerte presencia militar en la capital de Xinjiang es uno de los pocos signos que recuerdan la revuelta del domingo que acabó con 156 muertos y la violencia posterior entre uigures y han.

El número de soldados desplegados no ha bajado, pero se ven más sosegados. Los desfiles con paso firme han dado paso a sentadas masivas a la sombra, con el casco en la mano, luchando ahora contra un sol de castigo. La única manifestación ayer fue la formada por 200 personas, han y uigures, con pancartas por la unidad y agua para los soldados. También la tensión ha caído en el barrio musulmán.

Los coches y taxis alternan en las calles con blindados, que escupen desde sus altavoces mensajes de convivencia: "Vuelvan a sus unidades de trabajo. Por medidas de seguridad, se desaconseja ir al barrio musulmán. No hagan caso de rumores. Mantengan la calma y el orden". La mayoría de comercios siguen cerrados, pero cada vez hay más gente en la calle. Incluso se ven uigures por las zonas han, donde días antes eran perseguidos con palos. "Me siento seguro por el día, pero durante la noche es mejor no salir", dice un musulmán con una octavilla oficial en la mano que pide estabilidad.

Estabilidad es la palabra más repetida estos días. El presidente, Hu Jintao, que precipitó su salida de la cumbre del G-8 por la crisis, repitió el mensaje tras una reunión de urgencia del Comité Permanente del Politburó.

PROPUESTA TURCA Hu calificó las revueltas de "crímenes muy graves" planeados por las fuerzas uigures en el exilio. Además, exhortó a "aislar y castigar al pequeño grupo de revoltosos y unir y educar a la mayoría uigur". Mientras tanto, China ha rechazado "injerencias" del extranjero y ha desestimado la propuesta turca de discutir la cuestión en la ONU.