«Sí, lo está», respondía ayer Wu Zunyou, director del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de China, a la pregunta de si el brote de coronavirus en Pekín estaba controlado. Los datos sugieren la victoria en esa batalla de los tres días que había anunciado el consistorio de la capital para que el susto no derivara en una crisis nacional. Los 21 contagiados registrados este miércoles perseveran en la tendencia bajista desde que el 13 de junio se alcanzara el pico. «En los próximos días seguiremos viendo nuevos casos confirmados, pero la transmisión del virus está bajo control, con lo que la curva se irá aplanando poco a poco», afirmó Wu. Los 158 casos de contagios vinculados con el mercado de Xinfadi han medido la gestión sanitaria de la capital después de haber acumulado casi dos meses sin nuevas infecciones locales.

El experto aludió a la ágil reacción de las autoridades. Más de 350.000 personas vinculadas de una u otra forma al mercado han sido testadas y 30.000 restaurantes han sido desinfectados, barrios enteros han sido confinados, se han recuperado los registros de identidad y las tomas de temperatura en la entrada de los complejos inmobiliarios, todas las instituciones educativas han sido cerradas y los eventos deportivos se han pospuesto.

Sobre la cosmopolita Pekín pesa aún un cerrojo parcial. Más de un millar de vuelos transprovinciales fueron suspendidos ayer y las prohibiciones de viajar se extienden a las personas que han dado positivo por coronavirus, sus contactos cercanos, los que muestran síntomas, los que han pisado el mercado y los residentes de riesgo alto y medio. El resto está obligado a presentar un test negativo practicado en la última semana.

La crisis pequinesa ha devuelto la atención a los mercados que proliferan por todo el país y la Comisión Central de Disciplina e Inspección ya alertó el miércoles de que la mejora de los estándares sanitarios no podía demorarse más. Las primeras investigaciones revelaron trazas del coronavirus en la tabla de cortar salmón importado pero se desconoce si llegaron ahí, por el pescado, o por un trabajador infectado.