China restringirá la entrada a los funcionarios estadounidenses que interfieran en Hong Kong. No ha concretado a qué acciones se refiere ni falta que hace: urgía responder a la misma medida que había aprobado Washington la semana pasada. La reacción confirma, por un lado, la dinámica hostil entre ambas potencias, y por el otro, que la isla es el nuevo campo de batalla tras suavizarse la guerra comercial. «A la vista de las decisiones equivocadas de EEUU, China impondrá restricciones de visados a los funcionarios que hayan mostrado un comportamiento ofensivo en el tema hongkonés», dijo ayer Zhao Lijian, portavoz del Ministerio de Exteriores. «No importan los graznidos de los separatistas hongkoneses y tampoco importan las presiones de fuerzas antichinas del exterior, su plan de obstruir la aprobación de la ley de seguridad No prevalecerá y su acta es sólo papel mojado», dijo.