El primer ministro de China, país al que la comunidad internacional ha pedido que use su supuesta influencia sobre la Junta Militar Birmana, prometió que Pekín "trabajará con la comunidad internacional para lograr una solución apropiada" y expresó su deseo de que se logre la estabilidad en el país vecino.

Las palabras del primer ministro chino, Wen Jiabao, primeras en las que un alto cargo comunista habla de la crisis en Birmania (Myanmar), fueron publicadas este fin de semana por la web del ministerio de Asuntos Exteriores chino, y formaron parte de su conversación con el primer ministro británico, Gordon Brown, el pasado viernes. Wen aseguró que China está preocupada por la situación, y desea que se logre "promover la reconciliación nacional, la democracia y el desarrollo", algo para lo que es necesario, en su opinión, que la comunidad internacional "ofrezca asistencia constructiva". Asimismo, el primer ministro abogó por el uso de "métodos pacíficos" en la crisis, aunque no aludió directamente a la Junta Militar, sino a "todas las partes".

Los comentarios de Wen podrían indicar un cambio en la actitud de China ante la crisis, ya que hasta ahora Pekín había mantenido bastante discreción a la hora de criticar las acciones de los militares birmanos y había seguido su teoría habitual de "no injerencia" en los asuntos internos de otros países.

Tanto Brown como otros dirigentes mundiales, como el presidente estadounidense, George W. Bush, o el primer ministro japonés, Yasuo Fukuda, han pedido a China que presione a Birmania para que detenga la violenta represión.

El Gobierno chino, con sillón permanente y derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, se muestra de todos modos reticente a condenar la represión de la Junta birmana, así como a dictar sanciones contra ese país, que ya sufre el bloqueo económico de naciones como Estados Unidos. Pekín mantiene frecuentes intercambios de visitas oficiales con los líderes birmanos, y las empresas del gigante asiático llevan a cabo importantes inversiones en el país surasiático, rico en gas natural, madera y otros recursos que interesan a la economía china. Grandes empresas como Petrochina buscan, por otro lado, lograr que la Junta Militar birmana impulse la construcción de gasoductos y oleoductos entre ambos países.