El continuo aumento de casos de coronavirus «importados» a China -20 ayer- sigue siendo la principal preocupación del país asiático, que ayer registró tan solo un nuevo caso de contagio local, en Wuhan, la ciudad en la que se originó el brote. Hasta la medianoche del lunes, hora local, las autoridades sanitarias detectaron 21 nuevos contagios y 13 muertes más, elevando el total de decesos a 3.226 entre los 80.881 casos registrados desde que comenzó la epidemia.

Asimismo, el número de infectados «activos» bajó por primera vez de 9.000 para situarse en los 8.976, de los cuales 2.830 están en estado grave. En cuanto a los 20 contagios «importados», se detectaron en Pekín (9), en Shanghái (3), en Cantón (3), en Zhejiang (1), en Shandong (1), en Guangxi (1), Yunnan (1) y Shaanxi (1), según informa Efe.

Pero aunque persistan «casos esporádicos» y «nuevas infecciones importadas desde el extranjero durante un tiempo», los expertos chinos no temen todavía una segunda ola de contagios. «El brote casi ha llegado a su fin en China. Debemos esperar otro mes, pero, personalmente, no creo que veamos un segundo brote dadas las fuertes medidas de prevención y control que se han tomado», explicó Cao Wei, subdirector del departamento de enfermedades infecciosas del Hospital de la Universidad Médica de Pekín, citado por el periódico China Daily.

Además, China anunció ayer represalias contra las «injustificadas restricciones» de EEUU contra periodistas del gigante asiático y retiró la acreditación a los corresponsales de los medios estadounidenses The New York Times, Wall Street Journal y The Washington Post, cuyas credenciales expiraban a finales de este año.

«En los últimos años, el Gobierno ha dictado injustificadas restricciones contra los medios chinos haciendo difícil su trabajo de informar».