Acabado el tiempo de la reflexión, el presidente francés, Jacques Chirac, ha multiplicado esta semana los encuentros y consultas con alcaldes, directores de medios de comunicación y asociaciones para fomentar una "movilización general" contra el "veneno" de la discriminación, que considera la causa principal de la crisis de los suburbios. Su objetivo es aportar las primeras respuestas al problema de los disturbios callejeros.

Para comenzar, Chirac ha pedido un esfuerzo a los alcaldes. El lunes recibió a los representantes de la Asociación de Alcaldes de Francia y les exigió que apliquen la ley de solidaridad y renovación urbana que obliga a construir un 20% de viviendas sociales en determinados municipios.

De los empresarios, el mandatario francés espera que abran negociaciones con los sindicatos para fomentar la diversidad social en la empresa. También ha pedido a los responsables de las cadenas de televisión una mejor representación de las minorías.

Mientras, las asociaciones de los suburbios de Lyón han decidido responder por la vía política a la crisis de los suburbios y han creado el colectivo Banlieue 69, cuyo objetivo a corto plazo es constituir una fuerza política para las próximas municipales.