La pregunta del periodista era seria. ¿Podía Bush confirmar si espías alemanes colaboraron con los servicios secretos de EEUU en Bagdad durante y después de la guerra? La respuesta puso en entredicho algo más que el sentido del humor del presidente estadounidense. "No tengo ni idea --repuso--. ¿No ha dicho que eran servicios secretos?".

Fue sólo uno de los chistes que intentó hacer Bush. Después de hablar sobre Irán, dijo, dirigiéndose a Angela Merkel: "No sé si quieres aportar algo a esta brillantez".