La CIA tuvo en sus manos información de que Sadam Husein había interrumpido sus programas de desarrollo de armas de destrucción masiva, pero no se lo comunicó al presidente estadounidense George Bush. Así lo recoge un documento de la comisión parlamentaria encargada de investigar los informes de inteligencia que sirvieron de coartada para lanzar la guerra contra Irak, según reveló el periódico The New York Times .

El informe, el primero que la comisión presentará al Senado --probablemente esta semana--, señala que, antes de que empezara la guerra, familiares de científicos al servicio del Gobierno iraquí informaron a la CIA de que Bagdad había renunciado a desarrollar armas químicas, biológicas y nucleares.

IDEAS FIJAS Al no tener acceso directo a los científicos supuestamente involucrados en el programa de armas de Sadam, la CIA consideró que la mejor manera de obtener información era hablar con sus familiares. Tales contactos tuvieron lugar a comienzos del 2003 y fueron el fruto de una reunión entre Bush y el exdirector de la CIA, George Tenet, en la que el presidente le dijo al responsable de inteligencia que quería información más sólida sobre las armas iraquís. Faltaban pocos meses para que EEUU empezara la guerra.

Entretanto, Tony Blair tuvo ayer que rendirse a las evidencias y admitir que quizá nunca se puedan encontrar las supuestas armas. El primer ministro británico explicó al Comité de Enlace del Parlamento que el arsenal pudo haber sido "trasladado, escondido o destruido".

Por otro lado, un suicida hizo estallar ayer un coche bomba en medio de una ceremonia fúnebre que se celebraba en la localidad de Jalis, a unos 80 kilómetros al norte de Bagdad. El atentado causó, al menos, nueve muertos y 23 heridos, según fuentes hospitalarias.