La CIA tiene más de dos docenas de centros secretos de espionaje contraterrorista, establecidos conjuntamente con otros tantos países en Europa, Asia y Oriente Próximo, según The Washington Post. El objetivo de estos centros, creados tras el 11-S, es atrapar a terroristas e infiltrarse en sus redes para destruirlas. Los centros están en países como Indonesia y Uzbekistán.

En Francia está la única instalación que funciona multilateralmente. Se llama Base de la Alianza, pues integra a británicos, alemanes, franceses, canadienses, australianos y estadounidenses. Estos centros funcionan separadamente de las cárceles secretas que EEUU ha tenido o tiene en ocho países de Asia y Europa.