El Estado Islámico (EI) se aprovecha desde hace años del limitado control en internet para difundir su mensaje terrorista y seguir ampliando sus tentáculos para convencer a nuevos individuos de sumarse a las filas yihadistas y cometer atentados. Un ciberataque europeo, coordinado por la agencia Europol y en el que han participado 12 estados miembros y 9 proveedores de servicios de internet, logró neutralizar desde el pasado jueves y hasta el domingo más de 26.000 contenidos en forma de cuentas de internet, material terrorista y canales de comunicación como la agencia de prensa Amaq.

La operación ha sido liderada por las autoridades policiales y judiciales de Bélgica que, en el 2018, ya lanzaron un ciberataque contra la misma agencia Amaq, el principal medio utilizado por los yihadistas para reivindicar sus atentados y difundir su propaganda a favor del califato. En aquella ocasión, y tras un período corto de tiempo, la agencia consiguió reactivar sus cuentas, igual que había logrado hacer en el 2016 cuando las autoridades consiguieron tumbar su infraestructura en la red.

COLABORACIÓN / «Nos sorprendió un poco y por eso hemos tratado de hacerlo mejor esta vez» y «parece que hemos tenido éxito» porque «hemos podido desactivar muchas cuentas y tumbar una serie de sitios de internet», explicó el fiscal federal Eric van der Sypt consciente de que «intentarán reaparecer en los próximos días» aunque «les llevará mucho tiempo, recursos y dinero». Van der Sypt compareció ayer en rueda de prensa desde La Haya junto a la directora de Europol, Catherine de Bolle, y representantes de Eurojust, la policía federal belga, e incluso la Guardia civil, que el pasado viernes arrestó en las Islas Canarias a un individuo sospechoso de formar parte del aparato de propaganda del Estado Islámico. Se trata de un ciudadano mauritano que llevaba 10 años viviendo en España, que se habría autorradicalizado y que ya está en prisión preventiva sin fianza. «Hay evidencias de sus búsquedas en internet. Este arresto probablemente ha evitado que llegue a la última fase de radicalización», explió Alberto Rodríguez, miembro de la Guardia civil. En la operación han tomado parte proveedores de internet como Google, Twitter, Instagram o Telegram.