Las últimas cifras se situaban ayer en 1.100 personas fallecidas y 3,2 millones evacuadas pero cuando Bangladés amanezca esta mañana los números habrán engordado irremediablemente. Es la radiografía de la situación en la que se encuentra el país del sur de Asia tras el potente ciclón que, bautizado como Sidr, llegó la noche del jueves a la bahía de Bengala a una velocidad de 240 kilómetros por hora.

Las víctimas mortales crecerán por la sencilla razón de que los desaparecidos, entre los que se encuentran marineros de pequeñas embarcaciones que no disponían de radio, se cuentan por miles, así como los fallecidos que todavía no se han podido registrar por la imposibilidad de los servicios de emergencia de acceder a zonas devastadas.

EL PRISMA ASIATICO Pero el número de víctimas mortales, desorbitado desde la perspectiva europea, no es demasiado elevado si se analiza desde el prisma asiático, ya que Bangladés, azotado históricamente por ciclones, ha hecho recuentos de muertos que han llegado a superar la cifra de los 100.000.

En un país donde 60 millones de personas, del total de 140 millones, viven a menos de 10 metros por encima del nivel del mar, es fácil entender la gran catástrofe que supone que el mar se eleve por encima de cinco metros. En uno de los países más pobres del mundo, las humildes construcciones de bambú y hojalata no pudieron soportar la embestida de la naturaleza.

Con el país medio a oscuras, con muchas zonas sin suministro de agua potable y con las comunicaciones cortadas, instituciones y organizaciones humanitarias suministraron ayuda. La Comisión Europea liberó ayer una primera partida de ayuda por valor de 1,5 millones de euros. "Las necesidades más perentorias de los damnificados son alimentos, agua potable, alojamiento de emergencia, ropa, mantas y medicinas", dijo el portavoz de Desarrollo y Ayuda Humanitaria del Ejecutivo europeo. La población recibirá 98 toneladas métricas de comida del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas.

Tras asolar el sur del país, el ciclón se desplazó ayer hacia el centro, donde está la capital, para continuar hacia las regiones indias de Tripura y Assam.