Varios centenares de cristianos egipcios protestaron anoche contra el asesinato de uno de los miembros de su comunidad, abatido unas horas antes en un tren por los disparos de un policía. Los manifestantes, que reclamaban mayor protección de las autoridades, lanzaron piedras contra la policía, que acabó disolviendo la concentración con granadas de humo y gases lacrimógenos.

El incidente se produjo a las puertas del hospital del Buen Pastor, en la localidad meridional de Salamut, donde están ingresadas otras cinco personas heridas en el tiroteo. Las autoridades egipcias temen que las algaradas se extiendan por otros puntos del país, como sucedió después del brutal atentado de Año Nuevo en una iglesia copta de Alejandría, en el que murieron 23 cristianos y resultaron heridos 95.

ARRESTADO EL ASALTANTE

La fuerzas de seguridad egipcias arrestaron ayer al asaltante en su domicilio. Se trata de un policía musulmán de 23 años, que subió al tren vestido de paisano para dirigirse a su puesto de trabajo. Una vez a bordo, "abrió fuego contra varios pasajeros y se dio a la fuga". Las autoridades tratan ahora de dilucidar si el tiroteo se produjo por motivos religiosos, una tesis plausible ya que, según algunas fuentes, antes de disparar el agresor se cercionó de que sus víctimas llevaban tatuada en las muñecas o en el antebrazo la cruz que tradicionalmente portan los cristianos egipcios. La única víctima del incidente es un anciano de 71 años. Entre los heridos está también su mujer y, al menos, otro pasajero copto, según la versión de las autoridades egipcias.

Este último incidente ha acrecentado el temor a que se dispare el conflicto sectario entre musulmanes y cristianos. La minoría ortodoxa copta, que representa algo más del 10% de la población egipcia, se siente discriminada por el régimen y hostigada por algunos sectores islamistas.

ESCARAMUZAS ESPORÁDICAS

Esporádicamente se producen escaramuzas entre ambas comunidades aunque, hasta ahora, solían ceñirse al celo que genera la construcción de nuevas iglesias entre sectores de la comunidad musulmana, a las disputas por la tierra o a las relaciones sentimentales entre miembros de una y otra confesión. Hace poco más de un año, seis cristianos y un policía fueron abatidos a tiros a las puertas de un iglesia en el sur del país, supuestamente en protesta por la violación de una niña musulmana por un ciudadano cristiano.

No todo es recelo entre ambas comunidades. El atentado de Año Nuevo en Alejandría desató una oleada de solidaridad entre la mayoría musulmana y las llamadas a la reconciliación desde la prensa y otras instituciones del país.