Una nueva generación está a punto de tomar el relevo en el laborismo británico. El partido desea pasar la página. "Necesitamos dejar atrás algunos psicodramas del pasado, así como las divisiones y facciones", afirma Ed Miliband que, al igual que su hermano David, es uno de los cinco candidatos que compiten por convertirse en el nuevo líder en septiembre. A la cabeza de las encuestas, la lucha entre Ed y David se presenta muy cerrada. Este último es por ahora el favorito, pero puede salpicarle la investigación sobre abusos y torturas practicadas a sospechosos de terrorismo con la complicidad de los servicios secretos británicos. Miliband, como ministro de Exteriores, siempre lo negó, pero lo han acusado de haber mentido.

MUY PREPARADO Considerado, incluso por sus enemigos, como un político muy inteligente y preparado, hace campaña por el cambio social y económico. Ed, el hermano menor, ha sido más crítico que David con la invasión de Irak, que ha calificado de "catastrófica pérdida de confianza para el laborismo".

Así opina también Ed Balls, otro aspirante, quien se presenta como "unificador del partido". Balls cree que los laboristas perdieron las últimas elecciones "porque ha dejado escuchar a la gente". Tiene una historia familiar humilde, capaz de comprender mejor a la gente corriente, que los Miliband, educados entre las élites intelectuales londinenses. Batallador, pendenciero y provocador, su estilo de francotirador, le ha creado enemistades. Diana Abbot es muy popular y dice lo que piensa a las claras. Abbot fue la primer mujer negra que logró un escaño en Westminster , Sus posibilidades son remotas. Su rival, Andy Burnham, se presenta como "el cambio necesario para recuperar el apoyo perdido de los votantes".