Armado con un rifle de asalto, un hombre blanco de entre 25 y 30 años mató ayer al menos a cuatro personas e hirió a varias más en Santa Mónica (California) y sembró el pánico en la ciudad antes de ser abatido en una biblioteca universitaria por la policía. Las autoridades dijeron no estar convencidas de que había actuado solo y tenían anoche a otra "persona de interés" en custodia.

El suceso ocurrió mientras el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se encontraba a unos seis kilómetros de distancia en un acto de recaudación de fondos, aunque el servicio secreto aclaró que nunca estuvo en peligro. Obama, que tras la matanza de Newtown (Connecticut) prometió impulsar una busqueda de soluciones a la violencia de armas de fuego pero no ha logrado que se aprueba ninguna medida de control en el Congreso, partió al mediodía hacia Palm Springs, donde ayer iniciaba dos días de reunión con su homólogo chino, Xi Jinping.

La matanza se inició al mediodía en una casa de Santa Mónica, donde el sospechoso, que iba vestido completamente de negro y aparentemente llevaba un chaleco antibalas, mató a dos personas. La casa ardió y el hombre fue alejándose, secuestró un coche y disparó a gente en varios cruces, tirando indiscriminadamente a edificios, a un autobús, coches y un vehículo de policía. Luego llegó al Santa Monica College y siguió disparando antes de entrar en la biblioteca, donde continuaron los disparos. Cayó abatido en un enfrentamiento con agentes de la policía local y del campus.

El hombre detenido iba también vestido de negro y llevaba escrito en la sudadera "la vida es una apuesta".