En un barrio de la ciudad de Bremen (noroeste de Alemania) se quemaron en la madrugada de ayer varios coches, una antigua escuela y un contenedor. El portavoz de la policía, Heiner Melloh, indicó que no resultaba posible "establecer un vínculo" entre estos sucesos y los altercados que tienen lugar en Francia desde hace 10 días. Pero el portavoz policial no excluyó que se quisiera imitar a los franceses, aunque "aquí no hubo confrontación abierta" con la policía, dijo.

El presidente del Consejo de la Iglesia Evangélica alemana, Wolfang Huber, llamó ayer a la clase política a "observar" los problemas sociales que hay detrás de los disturbios en Francia para evitar su extensión a Alemania. Huber se cuestionó hasta qué punto se ha hecho lo necesario para integrar a los inmigrantes procedentes de otras culturas y religiones. Y exigió a las organizaciones islámicas en Alemania que rechacen claramente cualquier incidente violento.