El Ayuntamiento de Zaventem, en la periferia de Bruselas, anunció ayer a los habitantes de la ciudad que no sepan hablar neerlandés que deberán acudir con un intérprete para cualquier consulta en las oficinas municipales. La decisión constituye otro paso en la estrategia de las autoridades flamencas para reforzar la unidad lingüística de Flandes y muestra la profundidad de la fractura belga

El ayuntamiento ha colocado junto a las ventanillas de las oficinas municipales el aviso en neerlandés, francés, inglés, alemán, español y árabe: "Zaventem está en la parte neerlandesa de Bélgica. Las leyes y los decretos prohíben a los empleados hablar una lengua distinta del neerlandés con los administrados. Si usted no domina bastante el neerlandés, le pedimos que se presente con un intérprete". Zaventem tiene 29.000 habitantes, de los cuales alrededor del 70% son flamencos.