El líder liberaldemócrata británico, Nick Clegg examinará hoy con su grupo parlamentario y la dirección de su partido la oferta de colaboración en un futuro gobierno conservador que le ha hecho el tory de David Cameron.

Cameron, ganador de las elecciones del jueves en el Reino Unido, en las que se quedó a 20 escaños de la mayoría absoluta parlamentaria que le habría permitido gobernar sin apoyos externos, ofreció ayer la posibilidad de un pacto a los liberaldemócratas.

También el primer ministro en funciones, Gordon Brown, cuyo partido fue el gran perdedor de los comicios, aunque por un margen menor que el que esperaban muchos tras trece años de gobierno laborista, se mostró dispuesto a tratar de una posible alianza con los liberaldemócratas en el caso de que éstos no llegaran a un acuerdo con los "tories".

Acuerdos con partidos

La diferencia está en que mientras que los 306 escaños conseguidos por los tories sumados a los 57 de los liberaldemócratas superarían ampliamente la mayoría absoluta (326), la suma de escaños liberaldemócratas y laboristas (258) quedaría por debajo, por lo que serían precisos en este caso acuerdos con otros partidos.

Según la Constitución no escrita del Reino Unido, el primer ministro tiene derecho a intentar primero formar gobierno, pero el propio Brown reconoció el viernes que los tories, como el grupo más votado, podían intentarlo antes que él.

Clegg y Cameron mantuvieron ya anoche una primera conversación telefónica, calificada de "muy constructiva", y representantes de ambos partidos celebraron también una reunión para tratar la oferta tory.

Reforma del sistema electoral

Ésta incluye la creación de un comité integrado por los distintos partidos que se ocuparía de estudiar la principal exigencia de los liberaldemócrats, la reforma del sistema electoral, que perjudicia claramente a los pequeños partidos, para hacerlo más representativo.

Cameron no llegó a proponer la celebración de un referéndum para cambiar el actual sistema, que actualmente da el escaño al diputado que obtiene la mayoría simple en una circunscripción, dejando sin representación a todo el resto.

La situación económica del país, con un déficit y una deuda galopantes, exige una rápida salida de la crisis creada por lo que aquí llaman un "Parlamento colgado", es decir sin mayoría clara de un partido.

Drásticas medidas económicas y fiscales

El dilema que se les plantea a los liberaldemócratas es si aceptar la posible oferta de algún puesto en un futuro Gobierno conservador, que va a ser muy impopular por las drásticas medidas económicas y fiscales que tendrá que adoptar, o comprometerse a no votar en contra de su programa de gobierno o del presupuesto y a apoyos puntuales.

Por su ideología, los liberaldemócratas están más cerca de los laboristas que de los "tories" y Clegg tendrá que tener mucho tacto si no quiere arriesgarse a provocar una escisión en su partido si hace demasiadas concesiones a Cameron.