La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, se ha apresurado a calmar las voces que en las filas demócratas y republicanas han empezado a surgir sobre las relaciones diplomáticas con Pakistán, después de que Osama bin Laden consiguiera permanecer oculto durante seis años en Abbottabad, a unos 50 kilómetros de Islamabad y cerca de una academia del Ejército sin que aparentemente los servicios de inteligencia paquistaní lo supieran. Clinton ha señalado este jueves, a su llegada a Roma, donde participa en la reunión del Grupo de Contacto sobre Libia, que EEUU y sus aliados deben seguir trabajando con Pakistán para combatir a Al Qaeda. En una comparecencia ante la prensa, la secretaria de Estado ha admitido que las relaciones de EEUU con Pakistán no han sido siempre fáciles pero ha asegurado que Washington continuará apoyando al pueblo paquistaní y a su democracia. De esta manera, Clinton se pronuncia sobre el debate abierto en el Congreso y el Senado de su país sobre la conveniencia de "evaluar" la ayuda anual de 1.300 millones de dólares que la Administración estadounidense concede a Pakistán. Asimismo, la jefa de la diplomacia estadounidense ha insistido en que la lucha contra el terrorismo integrista no se acaba con la muerte de Bin Laden. "No olvidemos que la batalla para acabar con Al Qaeda y sus aliados no se detiene por una muerte", ha reiterado. "La muerte de Bin Laden no representa el fin, hay todavía trabajo que hacer", ha añadido. A su juicio, la desaparición del líder de la red terrorista sí supone "un mensaje inequívoco de la firme determinación de la comunidad internacional de plantar cara al terrorismo". "Nuestra determinación es todavía más fuerte tras la muerte de Bin Laden porque sabemos que esto tendrá un impacto sobre los que están en el campo de batalla en Afganistán", ha añadido en alusión a los combates que fuerzas estadounidenses protagonizan en ese país contra los insurgentes talibanes. "Los 38 minutos más intensos" También se ha referido Clinton a la operación de las fuerzas de élite que acabó con la vida de Bin Laden. Ha defendido esta operación y ha asegurado que, siguiendo el desarrollo de la misión desde la Sala de Crisis de la Casa Blanca, vivió "los 38 minutos más intensos" de su vida. Aunque no ha querido dar detalles sobre la operación, la secretaria de Estado ha recordado que Bin Laden "era el enemigo jurado de Estados Unidos, un peligro para toda la humanidad" y ha señalado que "el esfuerzo claro" de la misión "era poner fin a su liderazgo en el terrorismo". "No tengo ninguna duda de que con su muerte el mundo será más seguro", ha remachado.