Los líderes de las principales potencias occidentales instaron ayer a una democratización del mundo árabe y apoyaron una transición ordenada en Egipto. En la 41 Conferencia de Seguridad de Múnich, los líderes políticos de Estados Unidos, Alemania, Rusia y Gran Bretaña exigieron elecciones, pero advirtiendo de que "son los egipcios quienes deben decidir solos, sin injerencias". La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, fue la más expresiva: "La región se está viendo sacudida por una tormenta perfecta de gran alcance. El status quo es, simplemente, insostenible". Clinton recalcó que todos los regímenes de Oriente Próximo deben hacer con rapidez las reformas democráticas reales, o tendrán una inestabilidad aún mayor. "Esto no es simplemente una cuestión de idealismo, es una necesidad estratégica. Sin un verdadero progreso hacia los sistemas políticos abiertos y responsables, la brecha entre la gente y sus gobiernos va a crecer, y la inestabilidad solo hará que profundizarse, y todos nuestros intereses van a estar en riesgo".

Por su parte, la cancillera alemana, Angela Merkel comparó los sucesos de Egipto con la agitación de la RDA vivida hace 20 años, pero advirtió ante un exceso de prisa por convocar comicios. "Considero un error celebrar elecciones precipitadas al comienzo de un proceso democratizador", señaló Merkel, quien expresó su apoyo y el de la UE a los cambios que se avecinan en los países norteafricanos. Asimismo, declaró que es preciso defender los derechos de libertad del pueblo egipcio. Además, y aunque Merkel reconoció que el modelo de democracia occidental no es exportable a todas las regiones del mundo, dejó claro que hay "una línea roja" que no se debe traspasar y que está marcada por los Derechos Humanos universales de la Carta de las Naciones Unidas.

Similar mensaje lanzó el presidente del Consejo de la Unión Europea, Hermann van Rompuy, quien garantizó "todo el respaldo posible", ya que, si se complica la situación, "Europa será la primera en sentir sus consecuencias". El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, se alineó con quienes promulgan la idea de no inmiscuirse en los asuntos internos de Egipto. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, presente en Múnich, dijo que la organización, "como guardián de la seguridad colectiva, siempre ha exigido cambios en los países árabes".