Hay muchas camisetas y carteles de Hillary Clinton por las calles de Denver. No tantas como de Barack Obama, pero sí las suficientes como para recordar que en esta convención que empezó ayer, y puede que en la votación de noviembre, los 18 millones de votantes que obtuvo la senadora por Nueva York en las primarias demócratas son muy importantes. Tanto que la convención de Denver arrancó más pendiente de Clinton que de Obama. De entrada, el primer titular se lo llevó la senadora, al anunciar que dará libertad de voto a sus delegados para que apoyen al presidenciable en aras de la unidad del partido y al afirmar que la convención "es sobre Obama y nada más".

La unidad tras la dura campaña de las primarias se ha convertido en uno de los principales objetivos de la convención. Muchos de los seguidores de Clinton están dolidos por la derrota de su candidata, por la forma "injusta" con que la trató la dirección del partido, por el apoyo de la prensa a Obama y porque él nunca la consideró seriamente como candidata a la vicepresidencia. Se esperan incluso manifestaciones de protesta públicas.

El miércoles se producirá el voto que formalmente encumbrará a Obama. Los delegados, en un gesto hacia Clinton, pueden votarla a ella también. Por eso la senadora les ha dado libertad, para que el resultado no se interprete como un castigo al senador por Illinois. El gesto de Clinton es puramente simbólico, ya que, según las normas del partido los delegados gozan sobre el papel de esta libertad. Pero es uno más de la catarata de mensajes que los demócratas están emitiendo para asegurar que el partido esté unido. Entre ellos, un comunicado conjunto entre los jefes de campaña de Clinton y Obama, Maggie Williams y David Axelrod, y las palabras de la propia senadora.

Tanta reafirmación de la unidad del partido --se ha informado incluso de conversaciones telefónicas entre Obama y Bill Clinton-- está teniendo el efecto contrario: si la cosa fuera tan obvia no haría falta recordarla continuamente. Las encuestas no arrojan buenas noticias para la campaña de Obama: según la CNN, el 27% de los votantes de Clinton dicen que apoyarán a McCain en noviembre.

VIDEO REPUBLICANO Para pescar en río revuelto, la campaña de McCain emitió ayer un vídeo en el que una chica que se identifica como delegada de Clinton dice: "Soy una orgullosa seguidora de Hillary Clinton. Ella tiene experiencia, juicio. Y ahora, por primera vez, voy a votar republicano". Es el segundo vídeo en dos días que publica la campaña republicana pidiendo el voto de los seguidores de la exprimera dama, un segmento del electorado (mujer, clase media baja blanca) que es muy importante sobre todo en varios de los estados (Ohio, Pensilvania) que serán clave en noviembre.

A los demócratas les preocupa que la atención la esté centrando Clinton. Pero es que la estructura de la convención contribuye a ello. En primer lugar, se permitió que su nombre aparezca de forma simbólica en la votación del miércoles. Ayer, la senadora se llevó los titulares a la espera de que hablara Michelle Obama, pero es que hoy el discurso estrella lo pronunciará ella y mañana el expresidente Clinton competirá con el candidato a vicepresidente, Joseph Biden. Y, además, se votará.

Tanto esfuerzo dedicado a hablar de la unidad del partido resta energías para otros asuntos, como robustecer a un candidato que está dando señales de erosión. Pero, sobre todo, el objetivo es construir un mensaje contundente contra McCain que pasa por vincularlo con los ocho años de Administración Bush.