A pesar de la odisea en que le sumió su affaire con la becaria Monica Lewinsky, el expresidente de EEUU, Bill Clinton, asegura que no se le pasó por la cabeza abandonar su cargo. "No me marché, nunca pensé en dimitir", afirma en unas declaraciones a la CBS que se verán el domingo.

"Me mantuve firme y luché", añade. Sus declaraciones son el aperitivo de las memorias por las que Clinton ha cobrado un anticipo de 10 millones de dólares (8,3 millones de euros) y que saldrán a la venta el próximo martes bajo el título de Mi Vida .

El expresidente narra su infancia y desarrollo hasta su llegada a la Casa Blanca, en 1992, y dedica la segunda parte a sus dos mandatos. La mayor expectativa se centra en su versión del affaire Lewinsky , la relación sexual que le llevó a mentir bajo juramento ante el juez y que fue aprovechada por los republicanos para someterle a juicio en el Congreso (impeachment ).

La Cámara de Representantes aprobó el impeachment en diciembre de 1998, pero el Senado le absolvió en febrero, con lo que Clinton concluyó su segundo mandato. "Toda la batalla fue por el honor --explica ahora el expresidente--. Yo no la veo como una mancha porque el impeachment fue ilegítimo", añade.

Además, Clinton califica el juicio como un "abuso de poder" de la oposición, que controlaba las cámaras legislativas. También reconoce que su relación con Lewinsky "fue un terrible error moral" que no tiene defensa posible. "Hice algo por la peor razón de todas, porque podía", dice.

ORGULLOSO Arreglar los platos rotos con su esposa, Hillary Clinton, y con su hija Chelsea, costó tiempo y ayuda profesional. Pero su Gobierno también tuvo motivos de orgullo, sobre todo gracias al boom económico. "Llevé la cuenta de cuánta gente mejoró sus vidas, de los 22 millones de nuevos puestos de trabajo y del récord de viviendas compradas por los bajos tipos de interés", subraya.