La publicación del vídeo con los comentarios lascivos de Donald Trump ha caído como una bomba en la campaña electoral a un mes justo de las elecciones el 8 de noviembre y en vísperas del segundo debate que este domingo enfrentará a los dos candidatos a la presidencia. "Es horrible. No podemos permitir que este hombre sea presidente", ha reaccionado la candidata demócrata, Hillary Clinton.

Reproduciendo la grabación del 'Washignton Post', la candidata demócrata a tuiteado que "las mujeres tienen el poder de parar a Trump". Igualmente ha retuiteado a varios dirigentes republicanos que han reprobado las afirmaciones del candidato a la presidencia, entre ellos al exgobernador de Florida Jeb Bush, que ha afirmado: "Como abuelo de los precisosas chicas, no encuentro ninguna disculpa para los reprobables comentarios de Donald Trump degradando a las mujeres".

A cuatro semanas de las elecciones presidenciales, el vídeo puede significar un vuelco definitivo en la campaña electoral. De momento, ha conseguido desviar la atención sobre otra filtración muy dañina para Hillary Clinton: la divulgación, a cargo de Wikileaks, de los discursos pagados de la ahora candidata, incluidos aquellos pronunciados ante empresarios de Wall Street.

La filtración es el resultado del robo por parte de piratas informáticos de miles de correos electrónicos del jefe de la campaña de Clinton, John Podesta, que posteriormente acusó de ello a Rusia. Los documentos son transcripciones de los discursos que Clinton dio desde que dejó la secretaría de Estado en 2013 hasta el inicio de su campaña presidencial y que según medios estadounidenses le reportaron cerca de 26 millones de dólares en honorarios.

La fortuna y la clase media

En uno de los fragmentos, extraído de un discurso pronunciado en 2014 ante miembros de las financieras Golmand Sachs y BlackRock, Clinton departe sobre la distancia que la separa de la clase media estadounidense.

"A mi padre le encantaba quejarse de las grandes empresas y del Gobierno, pero tuvimos una educación de clase media. Buenas escuelas públicas, acceso al cuidado de la salud. Tuvimos nuestra pequeña casa unifamiliar", explicó Clinton. "Y ahora, obviamente, estoy bastante alejada (de eso) por la vida que he vivido y la economía, ya saben, de la fortuna que mi marido y yo hemos gozado, pero no lo he olvidado", agregó la ahora candidata demócrata.

En otra transcripción de un discurso pronunciado ante un banco brasileño en 2013, Clinton muestra su apoyo al libre comercio, una posición muy distinta a la que está defendiendo durante la campaña ante un electorado que ha girado hacia el proteccionismo en Estados Unidos.

La campaña de Clinton no ha confirmado la autenticidad de los correos ni comentó su contenido.