La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, desplegó ayer ante las instituciones europeas todo el entusiasmo y el carisma de la nueva Administración del presidente Barack Obama para abrir una nueva etapa en la forma de hacer política con Europa. Primero lo hizo ante cientos de jóvenes con un debate celebrado al más puro estilo americano en la Eurocámara y, poco después, ante la troika de la UE, representada ayer por Javier Solana, la comisaria Benita Ferrero-Waldner y el ministro de Exteriores checo, como presidente de turno de la UE. Clinton fue todo sonrisas y mostró escasas discrepancias en el que ha sido su primer viaje oficial a Bruselas.

"Queremos elevar la cooperación entre EEUU y la UE a un nuevo nivel", insistió, durante su segunda jornada de trabajo en la capital comunitaria. "Queremos impulsar una UE más fuerte", porque "es una unión de amigos y aliados", añadió.

Por la noche, la dirigente estadounidense cenó en Ginebra con el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, e intentó poner también a cero el marcador de las relaciones con Rusia. Ambos dirigentes acordaron una rápida renegociación del Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START). "Esperamos lograr un acuerdo antes de final de año", aseguró Clinton.

La anécdota del encuentro la protagonizó Clinton cuando obsequió a su colega ruso con un pulsador de plástico con la palabra reset escrita en inglés y en ruso. Su intención era simbolizar el relanzamiento de las relaciones bilaterales. En cuanto abrió el paquete, Lavrov se echó a reír y prometió que colocaría el botón sobre su escritorio.

En Bruselas, Clinton reconoció que ha llegado el momento de que europeos y estadounidenses hagan frente a retos y oportunidades comunes, entre las que destacó la seguridad, la diversificación de las fuentes de energía para evitar crisis como la del gas de Ucrania, y cuestiones como las relacionadas con Irán, Afganistán y el cambio climático.

Clinton también cosechó un gran apoyo en su paso por la Eurocámara. Hizo su entrada en esta institución como una estrella, entre aplausos, saludos y una audiencia entregada. "Quería venir aquí para hablar y escuchar a la gente joven", dijo.