La senadora demócrata Hillary Clinton gana las primarias de California, el estado más importante de la jornada del supermartes, debido al gran número de delegados que aportará a las convenciones. Clinton también vence en otro territorio clave, Nueva York, así como en Nueva Jersey.Cuando había escrutado un 16% de los votos, se daba por segura la victoria de Clinton en California, con el 55% de los votos, en tanto que Obama logra el apoyo del 33% en este estado del oeste de Estados Unidos, donde ha estado centrada la atención de la noche porque es el que aportará un mayor número de delegados a las convenciones demócratas, 441.Más divididos que nuncaBarack Obama y Hillary Clinton demuestran que los demócratas están más divididos que nunca. Clinton gana en California y Nueva York, las dos "joyas de la corona" de esta jornada maratoniana, pues son los dos estados que más delegados aportarán, aunque, por número, Obama se impone en un número mayor de estados, 13, frente a los ocho de la exprimera dama.Los dos candidatos demócratas están, como se temía desde un principio, prácticamente empatados y el resultado final vendrá marcado por el reparto de delegados que salga de estas primarias. Según las reglas demócratas, se realizará un reparto proporcional al porcentaje de votos obtenidos, a diferencia de lo que ocurre con el partido republicano, que en algunos estados aplica esta regla, y en otros otorga el 100% de los delegados al candidato más votado.En la zona esteAdemás de California, Clinton demuestra su fortaleza en la zona este de EEUU, especialmente en Nueva Jersey y Nueva York, donde hace valer los dos mandatos que ha ejercido como senadora. Hillary Clinton sufre, sin embargo, una derrota en otro de los estados vecinos, Connecticut, donde se impone Barack Obama. No obstante, se resarce en Massachusetts, el estado feudo del clan Kennedy, que había dado su apoyo a su rival Barack Obama. La campaña de Hillary Clintón celebra esta victoria como "la sorpresa de la noche", pues demuestra su "fortaleza en lugares donde se suponía que Obama debía ganar". La senadora vence además en varios estados sureños, como Arizona, Tennessee, Oklahoma y Arkansas, donde ejerció de primera dama del Estado durante el mandato de Bill Clinton como Gobernador.Illinois, tercero en importanciaBarack Obama, por su parte, logra la esperada victoria en el estado que ha representado en el Senado, Illinois, y que supone además el tercero en importancia en número de delegados, tras California y Nueva York.El senador negro también gana en Alaska, Colorado, Delaware, Dakota del Norte, Idaho, Kansas, Minesota, Misuri y Utah, así como Georgia y Alabama, dos estados sureños con una gran proporción de población negra.Pocas sorpresas

La noche, por otra parte, produjo pocas sorpresas. En el campo republicano, al tiempo que la jornada colocó a McCain en la posición de liderazgo, fue de alguna manera la puntilla para el ex Gobernador de Massachusetts, Mitt Romney, que desde ahora, ya no sigue tan de cerca los pasos al favorito McCain. Sólo consiguió ganar lo que era obvio: Massachusetts, el Estado del que fue Gobernador, Utah, el Estado mormón por excelencia, en el que le sirvió el ser miembro de esta iglesia y Dakota del Norte, Minesota, Montana y Colorado.

Pero con todo, Romney aseguró que sigue en la campaña y está dispuesto a ganar. Pero la ventaja que le saca ya el senador por Arizona, deja al candidato mormón sin posibilidades reales de aspirar a la Casa Blanca. En igual posición se encuentra Mike Huckabee, el ex Gobernador de Arkansas y candidato preferido de la derecha evangélica del país quien, si bien tuvo unos resultados más que dignos en varios estados, no consiguió posicionarse seriamente frente a McCain.

Ron Paul, el peculiar congresista texano que se ha caracterizado por ir, más o menos, en contra de los poderes establecidos y que realizó una meritoria campaña basada en un elevado nivel de voluntariado, desapareció prácticamente hoy del panorama electoral estadounidense.

En el campo demócrata, las reglas del Partido para estas votaciones, que marcan el reparto proporcional de los delegados en función de los votos obtenidos en cada Estado, se convirtieron esta noche en parte del problema, porque impidieron que los recuentos tuvieran la agilidad que demostraron los republicanos.

El principal escollo de la noche, por tanto, lo representó California, un Estado en el que tanto republicanos como demócratas se reparten sus delegados -173 y 441 respectivamente- de manera proporcional a los votos obtenidos. Habrá que esperar al recuento total. Y aún así, está claro que las espadas demócratas siguen en alto.