Las elecciones presidenciales en EEUU siempre levantan revuelo e interés y en esta ocasión baten récords. La posibilidad de que una mujer alcance el 8 de noviembre la silla del Despacho Oval por primera vez en la historia y las excentricidades del candidato republicano han causado un tsunami mediático.

En EEUU, la política es espectáculo y es ahí donde entran en juego los famosos. Demócratas y republicanos saben que actores, cantantes, presentadores y demás movilizan a cientos de personas. Y cualquier voto cuenta.